El viento está dificultando las tareas de extinción del incendio de Oia, Pontevedra, que se ha propagado al municipio vecino de O Rosal, en el que ya han ardido unas mil hectáreas y casi unas doscientas personas han sido desalojadas de sus viviendas.
El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y la conselleira de Medio Rural y del Mar, Rosa Quintana, han coincidido en destacar la dificultad de extinguir el incendio a causa del viento y han subrayado que la prioridad ha sido proteger a las personas y las casas.
Rueda ha agradecido el trabajo de todo el dispositivo formado por medios locales, autonómicos y estatales, así como la colaboración de los vecinos y ha advertido que continúan las investigaciones para determinar si los incendios son intencionados, en cuyo caso se perseguirá a sus autores.
La conselleira, que ha estado toda la noche en el lugar del incendio siguiendo su evolución, ha apuntado que el fuego se inició en solo punto y que, por causa del viento, hubo muchos focos secundarios.
En cuanto a la posible intencionalidad, ha dicho que lo que más le preocupa al Gobierno gallego es salvar todos los núcleos de población y después controlar el incendio.
En cualquier caso ha dicho que es "poco partícipe a creer en casualidades" y ha señalado que el incendio comenzó a última hora de la tarde, cuando había un fuerte viento y en una zona de pendiente hacia los núcleos de población.
Ha dicho que vivió "con mucha tensión" la noche porque la situación fue "muy complicada" y ha insistido en el trabajo de todos los medios disponibles, así como de los propios vecinos, que colaboraron con "mangueras y cubos".
Quintana ha dicho que los técnicos le han comentado que "que nunca vieron un fuego igual" ya que las corrientes de aire hacían variar constantemente la dirección del fuego y modificaban las estrategias para atacarlo.
En cuanto a las personas desalojadas ha dicho que se debió al humo, principalmente, y ha señalado que el fuego "se veía muy cerca" de las casas aunque ninguna llegó a arder, ha dicho.
Ha afirmado que la situación en los núcleos de población está "controlada" y ha aventurado que queda un "día muy duro por delante".
En cuanto a las hectáreas quemadas, ha explicado que de momento son mil, aunque ha insistido en que son provisionales porque "por la noche esto era un caos", y cuando se puede ofrecer una cifra más exacta se dará, aunque "todo apunta a que superará las mil hectáreas".