Acercar a la gente el trabajo de los misioneros salesianos es el objetivo de la exposición ‘Raíces’, que ayer se abrió en el Cenima de Foz. Objetos de artesanía, pero sobre todo de la vida cotidiana de los más de 130 países en que están asentados los religiosos, conforman una muestra única, que no deja indiferente ni siquiera a los más pequeños, y que permite dar la vuelta al mundo en apenas una hora.
Los alumnos del colegio Martínez Otero, regido por salesianos, fueron los primeros en acercarse ayer hasta la muestra, en grupos de distintas edades, lo que obliga al comisario de la exposición, Juan Luis Herrero, a variar las palabras con que explicarla, e incluso hacer más hincapié en unos objetos que en otros. «A los más pequeños les entusiasma el tema de los animales y tenemos el cráneo de un jaguar o una piraña disecada», unas piezas a las que se suma una cabeza reducida por la tribu ‘shuar’, que se convierte en unos de los objetos que más da que hablar.
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