Fernando González: "Se esperamos a que chova recollemos pasas"

La vendimia más temprana de la Ribeira Sacra se despereza en Doade

Las bodegas Anzio y Algueira inauguraron la temporada de recogida de uva, que se prevé muy larga, en un ambiente de intenso calor ►El estado del fruto válido para recolectar es óptimo, porque aunque su tamaño es más pequeño que otros años su graduación es muy alta
Un hombre trata de llegar a un racimo de uvas
photo_camera Un hombre trata de llegar a un racimo de uvas

A las nueve y media de la mañana del martes, en los viñedos de la bodega Anzio ya llevaban un buen rato vendimiando. Eladio Martínez Fernández, el propietario, y sus ayudantes decidieron madrugar para que el intenso calor de mediodía no les pillase en plena faena. Este martes trabajaban siete personas en la recogida de uva. Seis familiares de Eladio se encargaban de liberar de racimos las sedientas cepas e Iván Díaz, un conocido, asumía el papel de cargar con las cajas cuesta abajo hacia la carretera.

La empinada plantación en la que Eladio Martínez ha comenzado a trabajar está en la zona de Doade, mide 1.200 metros cuadrados y acostumbra a dar sobre 1.000 kilos de uvas de la variedad de tinto mencía. Anzio ha sido una de las bodegas registradas en el consello regulador de la Ribeira Sacra más madrugadoras esta temporada a la hora de llevar a cabo la vendimia. La fuerte sequía y el calor han sido las causas de que la firma haya batido su propio récord. Cuenta Eladio que, hasta este año, la fecha más temprana en la que él y sus familiares se habían puesto a cortar racimos estaba cerca del 10 de septiembre. Han sido 15 días de diferencia.

Anzio es una de las firmas más antiguas de la denominación de origen. En los noventa ganó dos medallas de oro y una de plata en el certamen internacional de Aosta, en Italia. En su palmarés también figura un primer premio de Amandi. Sin embargo, desde hace años solo producen vino para la familia y algunos allegados.

Una de las personas que ayuda a Eladio Martínez es su esposa, Lola Fernández. Se considera una enamorada de todo lo relacionado con la vendimia, la cual disfruta en un horario en el que las altas temperaturas todavía no han hecho acto de presencia y con la vigilancia de un panorama de lujo. La Ribeira Sacra regala un escenario de postal a su paso por Doade, donde el río Sil es una frontera acuática entre las provincias de Lugo y Ourense. Muy cerca se encuentra el embarcadero, cuyos terrenos pertenecen a Monforte. "Facer o viño, que che digan que é bo e levar premios é moi gratificante", afirma.

El resto de vendimiadores son familiares de Eladio Martínez que se han prestado para echarle una mano, sumándose al refrán "hoy por ti, mañana por mí", algo muy habitual en estos trabajos. Dar para que después sea mucho más fácil pedir. Mientras ellos cortan racimos, Iván Díaz transporta las cajas en las que se depositan. A sus 32 años es un experto en vendimias. "Ponlle que levo 30 traballando nas vendimas", dice.

Las uvas que han recogido en la parte central y superior del viñedo vendimiado tiene un tamaño muy pequeño. "Cara abaixo melloran. Teñen sobre 13 graos e medio", afirma Eladio Martínez. "Non se pode esperar máis. Este ano vai haber pouca cantidade e as uvas serán máis pequenas. O clima foi moi adverso", añade el productor, que es incapaz de ser tan preciso a la hora de indicar cuándo podrá vendimiar el resto de sus viñas. "Hai que ir analizando as cepas e as uvas para ver como están e cando se pode traballar no resto", explica.

COMIENZO. La vendimia más madrugadora de la historia se ha levantado de la cama y ya se ha quitado las legañas. Poco a poco ha comenzado a desesperezarse y a carburar, como si fuera una preparación para un día muy largo.

Fernando González, propietario de Adegas Algueira, cree que la temporada puede durar hasta dos meses. En su plantación, las personas a las que ha llamado para hacerse cargo de las labores trabajan en la recogida de godello blanco. La fruta está, como en el caso de Anzio, por encima de los 13 grados. "O problema non son só as uvas, senón as prantas. Levamos moitos meses sen auga de verdade. Esperamos a choiva coma unha milagre", indica Fernando González.

Ni él ni Eladio Martínez logran hacer un pronóstico sobre cuántos kilos de uvas darán sus viñedos. Fernando González sitúa en 15.000 los kilos de godello blanco que acostumbra a poseer el terreno que sus ayudantes 'limpiaron' de racimos en el día de ayer. "Cada viña é un mundo. Agora tivemos que comezar co godello, pero non sei cando poderemos vendimar o resto", explica.

Las temperaturas elevadas y la escasez de lluvias han derribado el tópico que dice que en Galicia siempre hay que tener a mano un paraguas. Por si fuera poco, a Fernando González las heladas le han quemado algunas cepas. "Todo o que podía pasar, pasou", lamenta el productor. "Setembro comezará con sequía. As plantas non aguantan máis. Moitas son adultas e a calor as está matando", señala Fernando.

TRABAJADORES. En la vendimia de Adegas Algueira están participando entre 20 y 25 personas. Algunas de ellas, unas 15, forman parte de la propia plantilla de la firma. Todos están contratados para efectuar la recogida de uvas. Un número de personas importante para un terreno muy extenso.

Las vendimias en la Ribeira Sacra resultan muy interesantes gracias a la mezcla que representa el mismo tipo de trabajos en bodegas de características diferentes. Firmas que piensan en triunfar en un mercado en auge cortan racimos al mismo tiempo que cosecheros cuya única intención es disponer (y en los mejores casos presumir) de un buen vino para compartir en familia o entre amigos.

Anzio y Algueira son de las más madrugadoras, pero no serán las únicas que se pongan a rebajar el peso de las cepas estos días. En muchos de los viñedos ya descansan varios recipientes donde próximamente descansarán kilos y kilos de uvas. Pronto llegarán los curiosos para inmortalizar una de las tradiciones agrícolas más arraigadas en la comarca, que este año no es que haya sido prematura, sino que se ha pegado un madrugón de los buenos.

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