La suerte está en los números

El éxito de las terminaciones impares, la elevada demanda del boleto tradicional, la fidelidad a unas cifras o la apuesta por los "raros" o "feos" son algunas de las constantes que año tras año constatan los vendedores de la Lotería de Navidad

Es el juego de azar más famoso del año, el que registra millones de euros en transacciones y llena de ilusión carteras a lo largo y ancho del país. Su tradicional anuncio rivaliza en expectación popular con el de las burbujas y las voces de los niños de San Ildefonso provocan que a millones de personas se les pare el corazón cuando modifican la entonación para cantar un premio. Es el sorteo de los sorteos, el del 22 de diciembre, el de la Lotería de Navidad, el Gordo que todos quieren.

Supersticiones, gustos personales, sueños, números feos, altos o bajos, fechas o la simple aletoriedad, cualquier excusa es buena para poner las esperanzas de cosechar fortuna en cinco dígitos, y si hay alguien que lo tiene claro son aquellos que se encargan día tras día de repartir esa suerte.

«Nunca pasa que non se venda nada de ningún número», explica Mari Carmen Fernández, que lleva 26 años trabajando en la veterana administración de loterías Alcázar de Vilalba, abierta en 1927 y cuyo titular es Daniel Ramón Formoso Vérez. Sin embargo, puntualiza que son las terminaciones impares las que más éxito tienen.

Y entre estas, destacan 5, 7 y 9, según Manuel Díaz, de El Milenio de Oro de Guitiriz, mientras que Belinda Brañobre, del despacho pontés La Bombonería, incide en que «o 7 é unha pasada, xa non hai un á venda en toda España e o 5 vai no mesmo camiño». También en As Pontes, Pablo Daporta, de La Mina de Oro, destaca otras terminaciones con demanda, como «69, 13, 15, 25... o el año en el que estamos, el 16».

La Lotería de Navidad se comercializa desde el verano, y ya entonces se registra un pico de ventas, tal y como confirma Daporta, que apunta que en esa época suelen reservar las empresas o colectivos que tiene por costumbre repartirla o venderla. «No verán pódese vender un 20% do total», puntualiza Díaz, destacando la influencia de los veraneantes.

Aun así, la proximidad del sorteo siempre moviliza.«Cando empeza decembro hai máis vendas», explica Fernández, mientras Brañobre califica las últimas semanas de «locura», destacando además las buenas ventas del terminal.

La suya es la excepción que confirma la regla, ya que es el boleto de siempre el que manda. «El 98% son ventas del décimo tradicional», dice Daporta. «A máquina funciona, pero o tradicional é o que se demanda, é máis bonito», apunta Fernández. «As máquinas só traballan coa xente que busca algo concreto, o resto prefiren o de sempre», concluye Díaz.

Las administraciones disponen de números en exclusiva, tanto abonados como asignados, lo que supone que reciban peticiones de toda España: «Todos os anos mando un número calquera a un convento de Cieza», pone Díaz como ejemplo. O que sean ellos los que reclamen números: «Hai xente que é fiel a un número todo o ano e conseguín varios para o sorteo de Nadal», precisa Belinda.

Ambos destacan además el éxito de sus abonados. En El Milenio de Oro, su número de siempre, el 61075, con el que el año pasado repartió 100 euros al décimo, lleva agotado desde noviembre. También desapareció hace semanas el 39.526, el número de la casa de la Bombonería pontesa, y eso que su terminación -siempre juegan al seis- no figure entre las más populares.

¿Y cuál es el secreto del éxito? Laporta lo resume así: «La gente compra, regala e intercambia Lotería de Navidad, es una tradición muy arraigada», dice quien llegó a rozar la fortuna absoluta al repartir el 54.601 en 2004, número posterior al Gordo. No fue la única vez que la suerte sonrió a As Pontes, donde La Bombonería repartió un segundo premio en 2014.

Porque si hay una ilusión que todos los loteros comparten, es la de repartir suerte: «Esperamos dar premios, xa demos moitos», dicen en Alcázar, recordando, por ejemplo, el quinto premio del 22 de diciembre de 2014.

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