La sequía preocupa: no hay agua ni para apagar los incendios forestales

La conselleira de Medio Rural eleva la problemática al servicio de extinción, mientras muchos municipios lucenses peligra la traída de agua si no llueve en 20 días
Presa de captación de agua en Portomarín, que el gobierno local reparó con sus propios medios
photo_camera Presa de captación de agua en Portomarín, que el gobierno local reparó con sus propios medios

La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, ha informado de que existen "ciertos problemas" con los más de 6.000 puntos de carga del operativo contra el fuego en Galicia, porque "parte de ellos ya no disponen de agua".

En su visita a Xinzo (Ourense), Ángeles Vázquez ha indicado que la problemática de la sequía dificulta la labor del operativo de extinción, ya que supone que hay que tener "un control exahustivo" en los depósitos, porque "no se pueden dejar los puntos sin agua".

En esta línea, remarca que lleva "mucho tiempo sin llover", con temperaturas altas y humedad baja. Por ello, pide la colaboración de ciudadanos y ayuntamientos para la prevención. 

Mientras, la provincia mira al cielo esperando las lluvias. En muchos ayuntamientos, los vecinos más mayores no recuerdan un nivel de caudal tan bajo en los ríos y, aunque la mayoría de los municipios ya han dictado bandos instando a un consumo responsable de agua, si la sequía se prolonga más allá del 15 de septiembre, el abastecimiento de muchas traídas municipales peligra.


A esta situación hay que añadir las deficientes estructuras de captación que tienen algunos ayuntamientos. Este es el caso de Portomarín que, si en condiciones normales ya le cuesta satisfacer las necesidades habituales de los vecinos, en esta época del año, con el aumento del consumo a causa de la llegada de peregrinos y turistas, que llegan a triplicar la población, se queda a todas luces insuficiente.

A estos problemas se añadió hace unos meses la ruptura de la presa de captación, que el Concello decidió arreglar a pesar de no contar con todos los permisos necesarios. "Se esperamos a cumprir con todos os trámites burocráticos para actuar na presa, Portomarín a estas alturas estaría sen gota de auga nos grifos", alerta su alcalde, Juan Serrano.

A los efectos propios de la sequía, en muchos ayuntamientos hay que añadir unas estructuras de captación muy deficientes

En otros municipios de la comarca de Lugo, como Outeiro de Rei, O Corgo, Castroverde o Friol la falta de lluvias no está causando, de momento, restricciones al consumo doméstico, aunque los cuatros regidores muestran su preocupación por las consecuencias económicas de la sequía en las explotaciones agroganaderas y, sobre todo, por las medidas que habrá que tomar si la situación se alarga más allá del mes de septiembre.

SARRIA. Esta misma preocupación se comparte en buena parte de la comarca de Sarria. En Triacastela, la parroquia de Santalla es la zona más afectada. Los vecinos han necesitado recurrir al Concello, que ha respondido con el uso de cisternas para mitigar el desabastecimiento.

En Láncara, el alcalde, Darío Piñeiro, reconoce que el río Neira "está bajo mínimos" y que si la situación no mejora, "la semana que viene nos veremos obligados a tomar medidas drásticas".

En Sarria, el gobierno local se ha visto en la obligación de contactar con la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil para valorar la posibilidad de elevar un permiso temporal para que los ganaderos puedan sacar agua del río.

En el caso de O Incio y Paradela, los ayuntamientos también han tenido que tomar medidas para abastecer algunos núcleos con cisternas.

RIBEIRA SACRA. La parte sur de la provincia es la que más está padeciendo los efectos de la sequía. En Bóveda, la traída municipal se nutre de la presa de Vilasouto, que está en mínimos con una cota de agua de 3,49, la más baja de la última década, con días en los que la lámina de agua estuvo incluso por debajo del punto de captación de la traída. Esta situación, unido a otros problemas en la estación de tratamiento, provocó que esta misma semana ya aparecieran los primeros problemas de abastecimiento en la capital municipal y núcleos rurales aledaños.

Bóveda ya sufrió esta semana cortes en el suministro y Láncara tomará medidas "drásticas" la próxima semana


El suministro de la traída en el casco urbano de Monforte está, de momento, garantizado pero hay que abastecer con cisternas algunos puntos del municipio. Se trata de diferentes propiedades de las parroquias de Rozabales, Vilamarín y Marcelle.

Las motobombas también abastecen a algunos barrios de la parroquia de Vilamor en Folgoso do Courel. Allí, el Ayuntamiento también está reforzando la traída realizando captaciones en otros manantiales.

TERRA CHÁ. En los concellos de Terra Chá la falta de lluvias está dejando también a muchos municipios al borde del colapso. Pol es uno de los más afectados, ya que tiene once parroquias suministrándose de la fuente de Lea y temen que pueda secarse. En el caso de Caraño, desde el Concello ya tienen que llevar agua en la carroceta a algunas casas y en Torneiros se prevé que tendrán que empezar pronto.

En Castro de Rei preocupa el bajo nivel del río Azúmara y de los manantiales que abastecen la traída de Quintela. También el cauce del Madanela es muy bajo a su paso por Vilalba, aunque de momento no afecta a la traída.

A MARIÑA. En A Mariña, salvo situaciones puntuales, el suministro padece estar asegurado en todos los ayuntamientos. La situación de la comarca la resume el alcalde de O Valadouro,Edmundo Maseda, quien señala que los posibles problemas se deben más "a las infraestructuras que al propio abastecimiento del agua".

En todo caso, todos los ayuntamientos de la provincia se muestran expectantes y pendientes de lo que suceda en septiembre, ya que si no arranca a llover de forma intensa, nadie se atreve a asegurar que no habrá que restringir el consumo doméstico.

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