La sanción al comité de huelga y la reposición de empleo impiden firmar el plan del mediador

Basura reflejada en el escaparate de un establecimiento. (SEBAS SENANDE)
photo_camera Basura reflejada en el escaparate de un establecimiento. (SEBAS SENANDE)

Paradójicamente, parece que lo que impide en estos momentos un acuerdo que ponga fin a la huelga de basuras en Lugo es la propia huelga. O, más exactamente, los efectos derivados de la misma y del no cumplimiento de los servicios mínimos, que desembocaron en las sanciones al comité de huelga y que ahora se alzan como el principal escollo para un pacto que está muy cerca en lo salarial. Esas sanciones, sumadas a la diferencia en las tasas de reposición de empleo, motivaron el retorno de las partes al lenguaje de la confrontación y el reproche mutuo que los lucenses llevan soportando ya 42 días.

Y eso que ayer parecía haberse abierto una gran puerta a la esperanza, gracias a la propuesta presentada por el mediador y presidente del Consello Galego de Relacións Laborais, Demetrio Fernández, al final de la ronda negociadora que, después de más de ocho horas, finalizó en torno a las siete y media de la mañana de ayer. Ambas partes en conflicto se marcharon con la promesa de valorarla y dar su respuesta.

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