El hombre perdido en la ciudad es el tema que une los veinte cuadros que el pintor Luis Medina cuelga desde este viernes en las paredes de la galería Amararte de Lugo.
Las telas, pintadas en acrílico, son paisajes urbanos que dominan la composición, en la que se descubren pequeñas figuras humanas "como un elemento más de la composición, como otra raya más, como un elemento en una explanada".
Medina refuerza ese contraste entre personas y edificios, resolviendo los primeros con trazos cortados y los segundos, con texturas remarcadas. El pintor reconoce que su formación de ingeniero industrial hace que sus obras tengan un geometrismo marcado, con todos los elementos delimitados por líneas e perspectivas.
Las líneas, las figuras, tienen como objetivo servir de marco y soporte para el color. Medina comenzó usando para este tipo de obras "colores fríos, colores grises, colores del norte, pero he vuelto a mis orígenes, por lo que uso colores cálidos. Parto de lo clásico para luego evolucionar". Luis Medina se interesó por el color sobre otros elementos "al descubrir el impresionismo, descubrí que lo importante era el color para expresar lo que yo quería".
