La Ruta Cicloturista dos Lobos reunió ayer en A Fonsagrada a más de 300 participantes, en la segunda edición de un evento deportivo, y al mismo tiempo lúdico, que se afianza en la programación de este tipo de pruebas. El éxito de la convocatoria, a la que acuden aficionados de la comarca pero también de otros puntos de la provincia, está en que se desarrolla en un entorno natural incomparable y que además se eligen trazados de diversa complejidad técnica para el ciclista.
Los participantes recorrieron 48 o 35 kilómetros, según el trazado elegido. Ambos itinerarios presentaban dificultad elevada, con 1.800 metros de desnivel el más largo y 1.290, el más corto. Además, las dos rutas se desarrollaron por espacios de alto valor natural y paisajístico, un reclamo importante para muchos de los participantes. De hecho, la idea de los organizadores es que los recorridos se pudiesen hacer con tranquilidad, disparando fotos y disfrutando de la riqueza medioambiental de A Fonsagrada.
Sobre las siete de la tarde, los cicloturistas, que comenzaron la prueba a las once y cuarto de la mañana, ya estaban en la villa, dispuestos a continuar la jornada con la parte más lúdica del programa. Tras la prueba, los ciclistas repusieron fuerzas con una cena, que podría calificarse de «banquete de lobos», como hizo uno de los organizadores. El menú, cuya base fueron productos autóctonos de la comarca de A Fonsagrada, consistió en jabalín y ternera.
La jornada finalizó con una queimada y una verbena popular, amenizada por un grupo de gaitas.
Los acompañantes de los cicloturistas que participaron en la prueba tuvieron su ruta paralela.
Visitaron la seimeira de Queixoiro y al Museo Etnográfico Comarcal de A Fonsagrada.
