La ribera del Miño gana peso dentro de los atractivos del Camiño Sur

Parte de los participantes en la jornada, a su llegada al embarcadero de Belesar (Foto: GUILLE DACAL)
photo_camera Parte de los participantes en la jornada, a su llegada al embarcadero de Belesar (Foto: GUILLE DACAL)

El entorno del Miño a su paso por los municipios de O Saviñao y Chantada se ha convertido de los puntos fuertes del Camiño de Inverno o Camiño Sur de peregrinación a Santiago, según quedó claro durante una jornada sobre la ruta organizada ayer por el colectivo Camiños a Santiago pola Ribeira Sacra.

La asociación celebra cada año un encuentro en que se exaltan las peculiaridades de alguna población concreta del trayecto. La jornada de ayer era la octava edición de la iniciativa y estaba centrada en Chantada y en las poblaciones cercanas al Miño. La media de participantes en la actividad ronda cada año el medio centenar de personas y en el encuentro de ayer participaron más de ochenta, lo que atestigua el tirón de la zona dentro de la ruta en general. Además, hace unos días, coincidiendo con el anuncio oficial del encuentro, el alcalde de Chantada, el independiente Manuel Lorenzo Varela, hizo pública su intención de reunir fondos para poder habilitar un albergue en la villa del Asma, lo que convertiría al municipio en uno de los puntos de referencia del trayecto.

La propia Aida Menéndez, presidenta de Camiño Sur, destacó que los peregrinos valoran especialmente algunos tramos del camino como el de los codos de Belesar «por su belleza y la amabilidad de sus gentes».

Los participantes en la octava jornada del Camiño de Inverno tuvieron la oportunidad de recorrer tramos a pie de la ruta y en barca. Con la colaboración de la firma Quinta Sacra, que dirige la taboadesa Luisa Rubines, formaron parte de una serie de actividades que les acercó a los aspectos más desconocidos del Camiño de Inverno.

La comitiva partió a primera hora de la mañana de la casa consistorial de Chantada y tras hacer al pie el descenso de los codos de Belesar llegó al embarcadero del pueblo donde los participantes, organizados en diferentes turnos, se subieron en la barca de Quinta Sacra.

Desde Belesar se dirigieron a la población de Pincelo, una de las más emblemáticas de toda la ribera miñota, y allí conocieron el trabajo de un cesteiro tradicional.

Después siguieron río abajo hacia Carballedo para conocer la iglesia de Chouzán, que conserva un ábside románico, y ya en el término municipal de Pantón se acercaron a la cascada de Marce, Maiorga y la Illa de Sernande.

Los participantes en la jornada se mostraron sorprendidos por la belleza del entorno y destacaron el atractivo de viajar en la pequeña barca de Quinta Sacra. «Es un lujo porque al ser una barca pequeña llegas a lugares que ni te imaginas y te metes por escondites únicos, totalmente vírgenes», destacó una de las viajeras.

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