La Ribeira Sacra se perfila como el destino ideal para el "turismo lento"

Manuel Garrido, autor de una guía sobre la zona, aboga por "experiencias pegadas a la tierra"

«La Ribeira Sacra es ideal para disfrutar del ‘slow travel’ (turismo lento) que está tan de moda. Lo adecuado es llegar aquí para tocar el suelo, perderse entre los viñedos y disfrutar de la gente, de los paisajes y de la gastronomía cada minuto, sin prisa y al detalle». Son las palabras de Manuel Garrido, historiador y autor de una guía turística de la Ribeira Sacra editada por Xerais que se presentó ayer en Monforte y de la que se ponen en el mercado 2.500 ejemplares.

En realidad, el texto es una revisión y actualización de otro que sacó el mismo autor en el año 2008 y del que se agotaron los 4.500 ejemplares editados.

Como conocedor de la zona, Garrido insistió ayer en la presentación que tuvo lugar en el Centro do Viño de Monforte en que la Ribeira Sacra no es un sitio que se pueda ver en tres días. «Aquí hay que llegar con calma y experimentar sensaciones», añadió.

Para Garrido, la complicada orografía del terreno y las características de aislamiento de la Ribeira Sacra son un plus y sirven de criba al turista. «Aquí hay que huir de las masificaciones y ayudar al visitante que apuesta por pasar tiempo de calidad en cada lugar que visita».

Garrido también evaluó la evolución de la comarca desde la primera edición de la guía hasta la actualidad. Aseguró que mejoró el trato y las posibilidades que se ofrecen al cliente, pero añadió que todavía queda «mucho camino por recorrer».

Alabó el esfuerzo de muchas bodegas en abrir sus puertas para enseñarle al cliente cómo se trabaja el viñedo y explicó que eso mismo hay que trasladarlo a las iglesias. «Los templos románicos tienen que estar abiertos a los turista, que el viajero que llega a nivel particular a una iglesia pueda entrar en ella», comentó.

También se refirió a la hostelería y a la gastronomía. «Se han dado pasos, pero hay que profesionalizarse más en el servicio y en la oferta», dijo.

A lo largo de más de 300 páginas, la guía que propone Manuel Garrido hace referencias a los cañones del Sil o del Miño, a los viñedos, los monasterios o sus iglesias.

También introduce al viajero en los bosques y robledales y en las rutas de senderismo que discurren por la zona. La guía se acompaña de un amplio reportaje fotográfico e incluye referencias sobre alojamientos, zonas de compras, ocio y restauración.

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