La crecida de los ríos anegó los bajos y garajes de un buen número de viviendas, sobre todo en la zona occidental de A Mariña, aunque también se registraron casos en las parroquias del valle de Lourenzá y en la parroquia trabadense de Abres.
La mayor cantidad de inundaciones se produjo en la parroquia vivariense de Galdo. Luis Chao señaló que la riada les anegó el garaje y la cocina que tienen en la parte posterior de la vivienda. «Eu non acordo unha como esta desde hai uns 15 anos». El agua acumulada alcanzó el metro y medio de altura. La bomba de achique no resultó efectiva y además tal cantidad de agua provocó que saltasen los automáticos de la luz.