La iglesia parroquial de San Martiño de Piñeiro, en el concello de Xermade, abrió este fin de semana sus puertas con una imagen renovada, después de una rehabilitación total, en la que se invirtieron algo más de 50.000 euros.
Las obras, «muy necesarias», no por las condiciones de la estructura sino por la estética del inmueble, tal y como explica el párroco de la parroquia xermadesa de Piñeiro, Juanjo Fernández, fueron financiadas a través de una partida de 30.000 euros de las comunidades de montes de la zona, otra de aproximadamente 9.000 euros del Obispado de Mondoñedo-Ferrol, así como 3.000 euros financiados por la Diputación de Lugo y otros 3.000 por el Concello de Xermade. Aparte de eso, las obras serán financiadas con los donativos y las aportaciones vecinales, que todavía continúan para hacer frente al pago total.
«El estado de la estructura de la iglesia era bueno, pero la imagen era deplorable, parecía un lugar inhóspito y los vecinos tenían muchas ganas de una iglesia renovada», comenta el párroco, que apunta que las obras, que finalizaron la semana pasada, comenzaron después de Semana Santa.
Entre las principales actuaciones, se pintó tanto el interior como el exterior de la iglesia, se hizo un revestimiento con pladur de las paredes del inmueble para aislarlo mejor del calor y del frío, se renovó la carpintería (todas las ventanas y la puerta principal) y se cambió el suelo, que se renovó por granito. Además, se construyó un arco que sirve para separar el altar del resto de la iglesia, que hasta ahora estaban unidos.
INAUGURACIÓN
La inauguración de la iglesia tuvo lugar el sábado, coincidiendo con la celebración de las fiestas parroquiales. Al acto, además de numerosos vecinos y el alcalde de Xermade, Tomás Rodríguez, acudió el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Manuel Sánchez Monge, que bendijo el renovado edificio. El obispo ofició el acto litúrgico, acompañado del párroco de Piñeiro, Juanjo Fernández, y el coro parroquial de Roupar.
Los vecinos también pudieron visitar una exposición de fotos antiguas en el local de la asociación de vecinos de la parroquia, donde se colocaron más de un centenar de instantáneas.
