La puerta más científica

Dos hermanos lucenses, que son físicos, causan sensación con las fórmulas que han pintado en el garaje de su abuela
Adrián y David Vázquez, con su abuela, Alicia, ante la puerta
photo_camera Adrián y David Vázquez, con su abuela, Alicia, ante la puerta

Las fórmulas que decoran la puerta de un garaje de la calle Doutor Balanzá se están convirtiendo en un fenómeno. Despiertan curiosidad, animan a aprender y llenan de orgullo a quienes entienden lo allí escrito a la primera.

Todo comenzó de forma inesperada cuando Adrián Vázquez y su hermano David se encontraban en el garaje de su abuela en la calle Obispo Doutor Balanzá de Lugo. Los dos son físicos y suelen reunirse en este espacio para hacer pesas y descansar después de estudiar. Durante estas sesiones de entrenamiento acostumbran a pintar ecuaciones y hacer cálculos en las paredes para explicar conceptos entre ellos. En uno de estos arranques decidieron llevar estos cálculos al exterior con el fin de juntar arte, divulgación y ciencia.

Adrián lo planteó de una forma muy sencilla. En un lado de la puerta dibujó las ecuaciones de campo de Einstein, en representanción de las cosas grandes del universo como los planetas o la convención espacio-tiempo. En la otra esquina del portón decidió representar las cosas pequeñas a través de la física de partículas. Estas dos teorías componen el camino por el que se mueve la física moderna.

Los hermanos idearon el dibujo de las fórmulas como una acción social de divulgación y lo han conseguido



No resulta muy extraño que esta idea viniese de los hermanos. Adrián tiene alma de profesor y divulgador. Ofrece clases particulares, escribe artículos y hace todo lo posible por intentar que la gente se acerque a la ciencia.

El día que decidió pintar los cálculos en la puerta pensó en lo bonitos que eran los conceptos que estaban debatiendo. En una esquina de la puerta dibujó las ecuaciones de campo de Enstein, los conceptos grandes como los planetas. Por el otro lado dibujó la física de partículas, las cosas pequeñas. Dos teorías entre las que se mueve la física hoy en día.

No tardó mucho en avanzar la idea. Adrián vive muy cerca y desde la ventana pudo escuchar como un niño preguntaba por aquellos extraños dibujos. El padre del pequeño le explicó lo que contaban las fórmulas escritas en la puerta y Adrián comprendió que su objetivo se estaba cumpliendo y que las pinturas realmente son útiles a su idea de poner en marcha una acción social de divulgación científica.

En la historia hay aún una tercera protagonista: Alicia. Es la abuela de los jóvenes y la dueña del garaje. A ella al principio no le hizo ninguna gracia la idea de sus nietos. Pensaba que a los vecinos podía molestarles lo que estaban haciendo. Una vez que ha visto que a los lucenses les gusta lo que están haciendo los jóvenes científicos, Alicia ha cambiado de idea y se alegra que en la calle se vea como una idea creativa y útil.

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