La primera jornada del G20 termina con una división ''casi a partes iguales''

La cena de los líderes de la G20 confirmó las divergencias existentes sobre Siria y las "fuerzas estuvieron dividas casi a partes iguales", afirmó hoy el portavoz el Kremlin, Dmitri Peskov.

"Una serie de países defendió el punto de vista de adoptar medidas apresuradas (contra Siria), sin tener en cuenta a los organismos internacionales", dijo Peskov.

Agregó que "otra serie de Estados llamó a no devaluar el derecho internacional y a no olvidar que solo el Consejo de Seguridad de la ONU tiene derecho a adoptar la decisión de emplear la fuerza militar".

"Las fuerzas (en la cena de anoche) estuvieron dividas casi a partes iguales", resumió el portavoz.

Aunque Siria no figuraba en la agenda de la cumbre del G20, el presidente ruso, Vladímir Putin, propuso abordar la situación en el país ante la gravedad da la situación.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha decidido lanzar un ataque "limitado" contra objetivos en Siria en represalia por el presunto uso de armas químicas por el régimen de Bachar Al Asad contra la población civil.

El ataque estadounidense está pendiente de la autorización del Congreso de EEUU, al que Obama, aunque no estaba obligado a ello, solicitó permiso.

Rusia y China se oponen categóricamente a una acción militar contra Siria que no cuente con el beneplácito del Consejo de Seguridad de la ONU y consideran que el Congreso estadounidense no tiene poder para autorizar un ataque contra Damasco.

Putin ha advertido que cualquier ataque que no cuente con el visto bueno de la ONU sólo puede considerarse una agresión, mientras la Cancillería china ha declarado la guerra no es la solución a la crisis siria.

Los mandatarios tendrán todavía el día de hoy para llegar a un acuerdo al respecto.

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