La flota del pincho está enredada en un sistema de cuotas pesqueras donde desde la Unión Europea se recortan las capturas de la especie más importante para las lonjas de Burela y Celeiro, como es la merluza, mientras los pescadores mantienen que tal abundancia de este pescado no se daba en las últimas décadas.
«La Unión Europea está engañando a la opinión pública diciendo que no hay pescado, cuando la cantidad de merluza existente en el mar no se recuerda en treinta años», explica José Valle Vázquez, armador del pinchero Valle Fraga, que trabajó en este oficio más de 30 años. Valle denuncia que existe una sobrepoblación de merluza, «que está haciendo un daño incalculable a otras especies e incluso a la propia merluza al comerse huevas y alevines, una situación que afecta a pescados como la palometa roja o la bertorella que no dan salido para arriba». «Los pescadores, por costumbre, siempre hemos faenado a las especies que más abundaban, se reducía en un 10% un pescado, lo que llevaba a mejora de otros y, por tanto, el resultado de un mar más equilibrado», explica.
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