La Policía descarta que el fuego de A Fontenova fuera intencionado

Edificio que ardió en Melitón Cortiñas. antonio lópez
photo_camera Edificio que ardió en Melitón Cortiñas. antonio lópez

La Policía Nacional de Viveiro continúa tomando declaraciones para realizar un atestado sobre el incendio que calcinó el domingo por la mañana el edificio número 12 de la calle Melitón Cortiñas, en la Praza da Fontenova. Desde la comisaría vivariense informan de que en principio no habrá responsabilidad penal pues consideran que el incendio fue fortuito o negligente. Aseguran que no existen indicios que induzcan a pensar que haya sido provocado, sino todo lo contrario.

Mientras tanto, por la Praza da Fontenova pululan tantos curiosos como hipótesis, las más repetidas un cortocircuito -por la antigüedad de la instalación eléctrica- o una estufa que había en la planta superior, donde se originó el incendio, especulaciones sobre las que no se pronuncia ni la Policía ni los bomberos.

El edificio tiene cuatro alturas y se diferencian claramente dos y dos, cada parte de un dueño distinto. El bajo lo ocupa la peluquería Luas, cuyas propietarias, dos chicas que se mostraban muy afectadas, acudieron ayer por la mañana a recoger documentación acompañadas por personal de Protección Civil. El entresuelo, que estaba vacío, todavía tiene el cartel del anterior negocio, la oficina de un electricista. Estos dos espacios estaban reformados y no sufrieron directamente las consecuencias del fuego, pero están inservibles por la cantidad de agua que se filtró.

Las propietarias de la peluquería relatan que las avisó una vecina de que estaba ardiendo el edificio y, aunque el local quedó «destrozado», esperan poder salvar algo de mobiliario. Abrieron este negocio hace cuatro años y ahora buscarán otro local en el que establecerse.

Por otro lado están la primera y segunda planta, cuya propietaria reside fuera de Viveiro, que están sin reformar y ardieron por completo. «Quedaron as paredes e as vigas», dicen desde Protección Civil, pues toda la estructura era de madera -con una antigüedad de unos 200 años- y el fuego la devoró con gran rapidez. El primer piso estaba desocupado y el segundo, en el momento del fuego, también, según indicaron los servicios de emergencia, aunque la propietaria la tenía alquilada a un grupo de jóvenes. Añaden los vecinos que los inquilinos acudieron más tarde y «estaban moi nerviosos, a Policía pediulles os carnés e non os tiñan, só llelo puido enseñar un, que tiña unha foto do documento no móbil».

Las llamas alcanzaron al edificio de enfrente, donde tiene en el bajo alquilado una panadería. Quedaron destrozadas las galerías de las plantas superiores, que curiosamente habían sido reformadas hace poco tiempo. La propietaria del negocio relata que detectaron el olor hacia las seis y media de la mañana, aunque las llamas no se vieron hasta las nueve. «Empezó a explotar todo hacia las nueve y cuarto», dice. El percance «fastidió la venta de todo el domingo», pues les obligaron a cerrar hasta la una de la tarde.

Tampoco pasó un buen rato la propietaria de la tienda Mascotas, Fátima Soto. «Volcóuseme o corpo», dice, cuando la informaron de que ardía un edificio en A Fontenova. Luego pudo comprobar que su tienda estaba intacta, pero temía que el humo pudiera afectar a las aves, porque «ulen o fume e morren», explica.

Actuaciones

Los bomberos vigilaron durante toda la madrugada de ayer para que no se reavivara el fuego y al amanecer comprobaron que salía un poco de humo, de modo que actuaron para sofocarlo definitivamente con ayuda de Protección Civil. Al lugar también acudieron técnicos municipales, que han de redactar un informe para notificar a los propietarios. La zona sigue vallada porque existe riesgo de que se desprendan cristales de las galerías o losas.

CONOCIDOS
«Vivían entre siete y ocho, casi todos menores, y el piso estaba hecho un Cristo»

Los inquilinos y el estado de la planta superior han centrado buena parte de los comentarios que desde el incendio se escuchan por la zona de A Fontenova. Una pareja que conoce a estos jóvenes asegura que el piso estaba en muy malas condiciones. «Ahí vivían entre siete y ocho chicos, de a partir de 15 o 16 años. Solo había dos mayores de edad que tenían 18 años», aseguran estos dos jóvenes, que ayer curioseaban en la plaza.

«Estuvimos en el piso dos o tres veces y por dentro estaba todo hecho un Cristo». Hacen esta afirmación no sólo porque se trate de una vivienda antigua y sin reformar, sino porque había «cristales rotos, la cocina estaba inutilizada, y tenía lo básico». Como ejemplos, dos sofás, una televisión, una radio y una Play «para echar partiditas que a nadie molestaban».

Añaden que los inquilinos, que son de la zona, utilizaban el piso como lugar de reunión y también para organizar fiestas o quedarse a dormir después de salir por la noche en Viveiro.

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