La pizarra de la costa oriental la hace proclive a los desplomes

Restos de un desplome que se produjo esta semana en la playa de As Catedrais. (Foto: Antonio López)
photo_camera Restos de un desplome que se produjo esta semana en la playa de As Catedrais. (Foto: Antonio López)

Los acantilados de pizarra de la costa oriental mariñana -ya que de Burela a Viveiro, la superficie se vuelve granítica- la hacen proclive a los desprendimientos, como el ocurrido esta semana en la playa de As Catedrais, debido al fuerte oleaje que causaron los últimos temporales. A pesar de ello, el jefe provincial de la Dirección General de Costas, José Miguel Estevan, recuerda «muy pocos desplomes de consideración». Mientras algunos biólogos y geólogos urgen a prevenir a visitantes y bañistas al respecto, por ejemplo mediante carteles, Estevan cree que «son fenómenos naturales contra los que no se puede hacer nada, salvo que cada uno sea prudente, porque no sería lógico prohibirle a la gente el acceso al litoral», opina.

Lo cierto es que, en al menos un lustro, solo se han registrado dos desprendimientos de importancia en la costa ribadense. Uno, hace más de dos años, obligó a vallar y prohibir parte del uso de la playa de Rochas Brancas y otro, sucedió un año antes en otro arenal, el de Illas y Os Castros. El Concello tuvo que indemnizar, hace más de cinco años, con 6.000 euros, a una visitante que se cayó en As Catedrais, pero no fue por un desplome, sino por un mero accidente.

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