La iglesia parroquial de Santa María de Meira continúa con las labores de restauración que comenzaron en 2013 con la rehabilitación de los retablos de Santa María y San José. En la actualidad se está llevando a cabo la recuperación de las pinturas murales que decoran la sala que actualmente se utiliza como sacristía y que datan del primer tercio del siglo XVII.
El párroco de Meira, Miguel Asorey, ya llevaba pidiendo esta actuación desde hace años. El sacerdote valora positivamente las obras, porque «o valor destas pinturas non se podía dar a coñecer; moita xente que visitaba a igrexa nin sequera coñecía a sancristía, que antigamente era unha sala de reliquias».
El proyecto cuenta con un presupuesto que asciende a 64.000 euros y está financiado por la Diputación. La intervención, que finalizará en 2016, la ejecuta la empresa Esteo Técnica na Conservación e Restauración SL.
El mayor problema con el que cuenta la sacristía es la gran humedad que tienen sus paredes. «Hará uns 30 anos púxose un chan de madeira, sobre o que se botou unha soleira de formigón e se plastificou. Isto provocou que a humidade coa que xa contaba a sala se incrementase, danando as pinturas», explica el restaurador José Aguiño.
Actualmente, la empresa está instalando un suelo térmico y haciendo un revestimiento exterior. «Non ten ningún sentido restaurar as pinturas sen amañar antes o problema principal», dice Aguiño.
Una vez acabada esta primera fase arquitectónica, se hará la restauración de las pinturas, que ya tuvieron que ser intervenidas de urgencia por desprendimientos hace varios años. «Primeiro faráselles un proceso de conservación e restauración, e logo comezaremos coa recuperación da unidade estética e histórica, a parte máis vistosa», explica el restaurador.
