La obra de O Celeriño se reanuda entre alivio y temor

Demolición de edificios ruinosos en O Celeiriño (Foto: José Mª Álvez)
photo_camera Demolición de edificios ruinosos en O Celeiriño (Foto: José Mª Álvez)

Los vecinos de O Celeiriño tuvieron ayer una mezcla de sensaciones ante el inicio de las obras en la calle Atalaya, que supondrán la apertura del barrio. Por un lado estaban contentos porque los trabajos supondrán restablecer el acceso a sus viviendas, cortado desde hace cuatro años, pero por otra parte había cierto nerviosismo al sentir la acción de la maquinaria, que, aseguran, hizo temblar las viviendas próximas.

La empresa Coto, adjudicataria de las obras, inició ayer los trabajos, que comenzaron por terminar de demoler el edificio que hace esquina entre las calles Atalaya y Amargura. El alcalde, Melchor Roel, se mostró prudente acerca del plazo de ejecución, de pocos meses, por las situaciones que se puedan generar, y para el teniente de alcalde Bernardo Fraga, que es de Celeiro, ayer era un día de satisfacción pues por fin iniciaban la obra que había prometido a sus vecinos.

El nacionalista explicó que se terminarán de tirar los edificios número 22, 24, 26, 28, 30 y 32 de la calle Atalaya, los 3 y 5 de la calle Amargura y los dos primeros en la calle Golondrina. «Ademais vaise arreglar a rúa de pedra ata os Tendais e con formigón impreso dende os Tendais ata o enlace co final da obra da rúa Atalaia», puntualizó Fraga. «Levabamos esperando este momento moito tempo; os trámites administrativos retrasaron a obra, pero o obxectivo de que o barrio se puxera a funcionar está aí e a xente poderá volver a circular polo Celeiriño», añadió el teniente de alcalde, para quien este barrio tiene una implicación emocional y además «era unha necesidade imperiosa facelo».

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