La 'moción trampa'

Veo en la biblia de internet (o sea, el Google) que está empezando, tímidamente, a calar la expresión moción trampa. Es aquella moción, normalmente de la oposición, pensada para poner en apuros al gobierno y dejarlo malparado sea cual sea su postura, tanto a favor como en contra. Además, suelen referirse a temas genéricos y de escasa aplicación práctica. Se han convertido en una figura habitual de los últimos tiempos, pues suele derivar en jugosos debates que, a su vez, frecuentemente acaban en tremendos reproches. O sea que en esta España donde hacer política se ha convertido últimamente en buscar la confrontación tiene mucho éxito.

En esta provincia, por supuesto, no faltan las mociones trampa. En los tiempos del bipartito de la ciudad de Lugo, el PP sacó una, sobre terrorismo creo recordar, que puso en apuros al cogobernante BNG. El Bloque se salvó entonces (eran, claro, otros tiempos) porque el PSOE se alineó con él.

En el último pleno de la Diputación, los populares presentaron dos de estas mociones trampa. Una, sobre violencia de género; la otra, para que Lugo sea la sede de la Confederación Hidrográfica del Miño. La primera tocaba un tema delicado: a ver quién se atreve a votar en contra de una moción sobre la violencia sexista (sí, yo también fui de los que estudió que género era sólo una categoría gramatical), so pena de quedar etiquetado como machista o algo peor. La segunda moción era una carga de profundidad contra los socialistas: se les pedía que exigieran para Lugo algo que sus compañeros de partido que gobiernan en Madrid han decidido ya adjudicar a Ourense.

El PSOE intentó, hábilmente, enmendar las dos mociones para arrimar el ascua a su sardina; el PP, también hábilmente, se negó. Los periodistas vivimos un momento entre extraño y divertido, cuando José Ramón Gómez Besteiro, presidente de la Diputación, interpretó (“para centrar o debate”) la propuesta que había presentado Antonio Gato, el portavoz de su grupo, para añadir a la moción hidrográfica del PP. Alguno de los presentes juraría que Gato no llegó a plantear adición alguna, pero Gómez Besteiro dijo que sí y la expuso.

La discusión hidrográfica del miércoles se salió del estrecho pazo de San Marcos. Por allí se pasaron, traídos por las palabras de los contendientes, desde Jaume Matas a Cristina Narbona, Patxi López (ah, no, era Pachi Vázquez), López Orozco y, claro, José Manuel Barreiro, quien defendió su labor como conselleiro de Medio Ambiente.

Tienen los debates en la Diputación últimamente un cierto aire parlamentario. Incluso se aprecian en los grupos, en especial en el PP, algunas estrategias que pueden rememorar, salvando las distancias, el pazo de O Hórreo o el palacio de las Cortes. A Barreiro le puede la añoranza de sus tiempos en Santiago; a Gómez Besteiro le gusta eso y a los del Bloque... yo creo que los educan precisamente para ese tipo de debate, más político que práctico. Hasta ahora han hablado pocos diputados y casi no ha habido tiempo para que despunten oradores brillantes, pero a algunos ya se les ven maneras (confieso que me está agradando mucho la popular Raquel Arias y que no recordaba a Gato tan incisivo).

Y en este marco de parlamentarización de un organismo donde se tratan cosas de tanta enjundia como algún arreglo viario o planes urbanísticos, las mociones trampa forman parte del juego. Su único peligro es que temas delicados acaben siendo utilizados como arma arrojadiza contra el rival político. Pero, como venía a decir Leo McGarry (John Spencer) en uno de los episodios de El ala oeste de la Casa Blanca, refiriéndose a los políticos, “estamos aquí para hacer política”. 


SEGURIDAD VIAL ♦ ¿Es inevitable la pandemia de los accidentes de tráfico
Hasta el Rey, en su discurso de Navidad, ha hablado este año de la plaga de los accidentes de tráfico. Quizás algunos tengan la tentación de mirar hacia otro lado y culpar a los poderes públicos. Sí, seguramente serán los mismos que protestan cuando la Guardia Civil les para, pero que luego echan pestes por su ausencia cuando se estrellan cinco coches. Hay una especie de hipocresía hereditaria, que lleva a pensar que sólo conducen mal los demás. ¿Hacen las autoridades todo lo que está en su mano? Puede que no. ¿Y nosotros?

CINES ♦ Pocas veces una reapertura cosechó tantos parabienes
Ha tenido que venir el nuevo dueño de los antiguos cines Yelmo de Lugo para aclarar que el cierre de las ocho salas, ejecutado hace tres meses, fue “una decisión empresarial”, que nada tenía que ver con la mayor o menor afluencia de público. En Elprogreso.es, la noticia de la inminente reapertura fue acogida con alborozo. Una ciudad que ronda los cien mil habitantes no se puede permitir una tan escasa dotación cinematográfica, por mucho que uno discrepe de la programación o prefiera el DVD en el saloncito de casa.

HÉROE. Cada día ocurren miles de pequeñas heroicidades (vivir, por ejemplo), pero a veces se necesita una de ésas que salen en los periódicos y en las películas, como la del atraco del miércoles en Lugo, para congraciarse con la raza humana


PINCELADAS

♦ SON MUY INSTRUCTIVOS los talleres que ha organizado el colegio de Pedrafita do Cebreiro para sus jóvenes alumnos: de grafitero y de pinchadiscos. Eso es lo que se llama tener visión de futuro.

♦ A VER SI CRECEN los imitadores de ideas como la de inaugurar jardines para celebrar un centenario, como ha hecho la Liga Santaballesa.

♦ ESTAS FIESTAS siempre suelen deparar algún suceso tremebundo. La nómina de este año incluye incendios, fratricidios... Cierto es que ese carácter tremendo le viene dado, precisamente, por el cacareado aspecto bonachón de las fechas en que estamos. 


 

O RECORTE
A Deputación organiza un curso de galego de 30 horas para inmigrantes (El Progreso, 27 de decembro de 2007)
Un le isto e pensa neses anuncios de Adelgace en vinte días! ou Recupere a súa forma física mentres durme! Tamén é certo que os inmigrantes non necesitan saber tanto
como un lingüísta, agás as consabidas excepcións, para desenvolverse nun país alleo. O sorprendente é que se poda aprender galego nun día e seis horas. Se é así, e tendo en conta que os inmigrantes veñen a esta comunidade bilingüe usando mesmo un terceiro idioma, non entendo como é posible que a algún político de aquí lle leve tanto tempo falar ben en galego. Ao final, os de fóra vano amañar todo: as pensións, os traballos que non queremos... a preservación do idioma.

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