La maleza se ha adueñado de buena parte del puente medieval de Monforte, donde las zarzas y otras plantas nacen entre las ranuras de los sillares de piedra. Además, la falta de cuidados que desde hace décadas sufre este emblemático puente monfortino, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC), ha propiciado que entre sus piedras aniden diferentes especies de pájaros, sobre todo palomas.
Esta situación de deterioro no ha pasado desapercibida para la mayoría del vecindario, quien se ha quejado de que en años anteriores, el Ayuntamiento, poco antes de las fiestas patronales de agosto, enviaba al lugar a una brigada de obras para la limpieza manual de estas malas hierbas.
La existencia de maleza debido a la separación de los sillares que componen el puente viejo de Monforte, del siglo XVI, se remonta a décadas atrás sin que nadie se haya preocupado de acometer labores de rehabilitación de este monumento a pesar de las numerosas peticiones de partidos políticos y colectivos realizadas al respecto.