LLeva meses recibiendo amenazas de desahucio y peleándose con la Administración y el banco para tratar de conservar su vivienda. El último susto para Ángeles Varela, vecina de A Piringalla, fue ayer, cuando recibió una notificación de Facenda comunicándole el fin del plazo para abonar la deuda y el aviso de que, por tanto, procederían al embargo. «Non chegaba o banco e vén Facenda», se lamenta la mujer.
Varela tiene una deuda con la Axencia Tributaria de Galicia de 6.275 euros por no liquidar el impuesto de sucesión de su vivienda tras la muerte de su pareja. Un piso que, además, acarrea una deuda hipotecaria con el banco superior a los 65.000 euros, más del valor de tasación de la misma.
