«El dolor de españa continuará a menos que aparezcan nuevas fuentes de crecimiento» asegura el último número de The Economist. Las recetas del influyente semanario son recortes en salarios y pensiones, lo que debe de ser una original forma de modificar «la debilidad de la demanda interna». Las recetas de la ortodoxia económica, que se han demostrado ineficientes en estos cinco años largos de imposición en España y Europa, alguna responsabilidad tendrán en el «espantoso nivel de desempleo» español. Las dudas de The Economist, con ataque directo a Rajoy, de que el Gobierno se atreva con medidas de ortodoxia de escuela austríaca, más que un problema son una esperanza para que no crezca el dolor en España.
Besos de libertad
Cientos de personas se besan en la calle y en una estación de metro como respuesta a la prohibición en Ankara de esta expresión de amor o cariño entre los usuarios del metro. Es, cuando menos, una manifestación original, de raíz y desarrollo pacífico. El argumento autoritario, observar «las normas morales», suena al nacionalcatolicismo español. No otra cosa es la imposición como ley para todos de una moral religiosa y su interpretación por los más integristas. Son los que temen la libertad y niegan la autonomía de la sociedad y la capacidad de las personas para decidir por sí mismas. ¿Cómo se entiende la manifestación y la violencia de ayer en París? Esos besos de Ankara, aunque en versión musulmana, piden que no se identifique a Dios con el César ni tampoco a este como el intérprete de la moral y la divinidad. Esos besos de Ankara son contra el hundimiento en sociedades fundamentalistas, premodernas. Son, por tanto, besos ilustrados. A veces pueden ser besos necesarios entre nosotros, también para respetar al que discrepa.
