La ley obliga a los dueños de la Torre de los Moreno a conservarla por ser un BIC

Torre de los Moreno (Foto: José Mª Álvez)
photo_camera Torre de los Moreno (Foto: José Mª Álvez)

El curso de verano de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) titulado ‘A Torre dos Moreno e a arte do seu tempo’ culminó ayer con conferencias dedicadas a analizar el periodo histórico en el que se construyó, en pleno resurgimiento del regionalismo gallego. Una de las aportaciones más destacadas de la jornada por lo que respecta a la Lei de Patrimonio fue la de la profesora de Historia da Arte Begoña Fernández que recordó que la normativa obliga a los propietarios de un Ben de Interese Cultural (BIC) como éste a «protexelo de xeito integral».

De esta forma, aunque la propiedad pase a manos de alguna entidad privada, debe cumplirse la ley sobre su conservación y protección, puesto que el hecho de ser BIC «supón a categoría máis alta da lexislación española e autonómica, o que establece unha serie de obrigas e dereitos por parte dos donos». Como ejemplo de otros monumentos que, aunque pasaron a manos de empresas privadas, deben ser conservados, la historiadora puso el del «monasterio de Oia, que era do Banco Pastor e no que se quere facer un hotel; nese caso, tamén o teñen que rehabilitar respectando o feito de ser una patrimonio protexido».

En opinión de esta historiadora de la USC, «a catalogación de bens en Galicia, custodiada pola dirección Xeral de Patrimonio Cultural, funciona bastante ben, aínda que nunca é o bastante boa e en calquera caso nunca se pode pechar de todo porque sempre van aparecendo obras novas que paga a pena inventariar».

Códice

Durante su intervención, Fernández se refirió al robo del Códice Calixtino, de la Catedral de Santiago, y se hizo eco en este sentido, de la información que ayer aparecía publicada en un medio de comunicación compostelano que asegura «que xa hai sospeitosos, que parecen ser persoas de dentro, é dicir, que custodiaban a obra e que todo semella próximo a resolverse», confió la historiadora.

Nacionalismo

Otro de los ponentes de la jornada de ayer, que por cierto culminó con una actuación de la coral polifónica de Ribadeo en el Cine Teatro, fue el ex rector de la USC y catedrático de Historia Contemporánea de la USC, el xermadés Ramón Villares, que expuso el contexto histórico en el que Juan y Pedro Moreno encargaron la construcción de la torre ribadense: «A época de finais do XIX e principios do XX foi a era dos nacionalismos, dos rexionalismos», apostilló.

Villares consideró que los gallegos tienen una vieja deuda con sus emigrantes, sobre todo los americanos o indianos de aquel entonces, «moitos deles intelectuais preparados como Manuel Curros Enríquez ou Manuel Castro López, que tiveron unha influencia decisiva na configuración dunha idea de Galicia; unha aportación tan importante que non se ten dado en ningún outro rexionalismo de Europa e que se materializou en axudas económicas para construír símbolos galegos, como o da Torre dos Moreno, a granxa Pedro Murias, o panteón dos galegos ilustres ou o monumentos ós mártires de Carral, entre moitos outros».

Villares señaló que fue precisamente un gallego «Salvador Golpe, un dos que mellor definiu o rexionalismo no xornal La Habana, en 1905» y que Manuel Murguía y Alfredo Brañas inspiraron incluso las ideas del nacionalismo catalán, que tuvo más repercusión.

  • Los constructores usaron hormigón al simbolizar progreso

El profesor del departamento de Historia da Arte de la universidad de Santiago Juan Manuel Monterroso fue el encargado de cerrar ayer este curso de verano sobre la Torre de los Moreno dejando constancia de que los constructores del inmueble quisieron plasmar «esa idea de progreso propia de la época, ya que aunque la arquitectura no es estrictamente modernista, sí lo es la decoración; además, se usó hormigón en 1915 cuando el primer elemento de uso de este material data de 1906».

  • Escultura

El historiador analizó con distintas diapositivas los elementos escultóricos que aparecen en la torre, tanto en sus columnas como en las ventanas, que describió como «una mezcla de modernismo, con toques barrocos».

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