La lei de Turismo sale adelante pese a que la oposición la tacha de ''superflua''

Los votos de la mayoría del grupo popular permitieron este miércoles dar luz verde a la nueva Lei de Turismo de Galicia, defendida por la diputada del PPdeG Natalia Barros como un "instrumento de gestión más útil para todos". Los grupos de la oposición -PSdeG y BNG- votaron en contra al entender que se trata de un proyecto "superfluo" que no introduce novedades significativas, además de alertar sobre su carácter ilegal.

"La enmienda novena del PP [que propone crear la Axencia de Turismo de Galicia y que fue incorporada al texto aprobado este martes] no cumple con la legislación actual", aseguró la diputada del BNG Carme Adán, quien expuso que la ley gallega que regula los entes instrumentales de la Xunta obliga a que la creación de un nuevo ente público se haga a través de una ley específica. "Incumplen su propia ley", coincidió la parlamentaria socialista María Quintas.

Frente a esto, Natalia Barros argumentó que elaborar una ley para la creación y desarrollo de la agencia turística no aportaría "nada" y conllevaría "una rigidez excesiva de la misma". Así, negó que la inclusión de la enmienda sea ilegal y centró su intervención en elogiar la Lei de Turismo autorizada este martes, de la que destacó que crea "una marca paraguas única", ayuda a "desestacionalizar" el turismo y "devuelve la racionalidad a las categorías de hospedaje", entre otras cuestiones.

En el debate en el pleno de la Cámara, la nacionalista Carme Adán incidió también en que la ley "no aporta nada al texto que ya existía" -del año 2008- y coincidió con María Quintas en criticar el "revisionismo político" del PPdeG y la "improvisación" seguida. En la defensa de las enmiendas del BNG, Adán abogó por suprimir las competencias de las diputaciones en materia turística para evitar duplicidades y por potenciar más el turismo patrimonial y cultural.

Asimismo, criticó que la nueva ley "no apuesta por un turismo sostenible" y alertó de que la mezcla de plazas hoteleras y segundas residencias para fijar los municipios turísticos abre la puerta a "pelotazos urbanísticos". Frente a esto, la diputada del PP le replicó que sí "existe un turismo residencial" en Galicia que debe ser contemplado y que "nada ten que ver con pelotazos".

Por su parte, la socialista María Quintas lamentó la "cierta improvisación e oportunismo" del proyecto legislativo y auguró que no funcionará "como elemento dinamizador del sector", que ha registrado "malos resultados" este año. Además, criticó que desaparezca la categoría de hostal en la nueva organización de los establecimientos.

La portavoz del PSdeG en materia turística también hizo hincapié en que el plazo previsto para desarrollar la ley --dos años-- es lo "suficientemente largo" como para que, en la práctica, el texto no llegue a aplicarse durante la legislatura actual. "Una legislatura que queda en el imbo turístico", afirmó.

EL TEXTO

El proyecto de ley de Turismo incorpora novedades como que los negocios del sector podrán abrir sin autorización previa, que se cambia por una declaración responsable del emprendedor. A partir del inicio de la actividad, la Xunta tendrá un periodo de tres meses para comprobar que las empresas se ajustan a la legalidad y a la declaración aportada. Se trata, en todo caso, de una medida fruto de la adaptación de la normativa autonómica sobre el turismo a la directiva europea de servicios de 2006.

Otro de los cambios respecto a la Lei 14/2008 —que se derroga con esta— consiste en aplicar criterios de discriminación positiva a aquellos emprendedores que pretendan crear establecimientos turísticos en edificios antiguos, recuperando el centro de las ciudades el patrimonio rural abandonado. Así, se recupera la figura de la dispensa, que implica que se apoyarán proyectos cuando arquitectónicamente sea imposible adaptar las edificaciones al 100% de los requisitos legales para cada categoría.

El documento que inicia su tramitación parlamentaria incorpora además la figura de aldeas rurales —más de tres edificaciones de turismo rural que formen parte de un establecimiento único—; recupera el de pensiones contra el concepto de residencias turísticas de la anterior norma; y otras categorías como hotel-apartamento y lo mismo seguido de balneario, entre otros. En la misma línea, profundiza en conceptos como apartamentos —tienen que formar parte de una unidad— y viviendas de vacaciones —son "vivendas aisladas" —; sustituye los hoteles rurales por hospedajes rurales, que no podrán tener más de 40 plazas.

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