La originalidad reinó un año más en el descenso humorístico del río Landro, que tuvo lugar ayer al pie del valle de Naseiro. Cientos de romeros se valieron de todo tipo de colchonetas hinchables y neumáticos para bajar por el cauce fluvial dispuestos a seguir con la tradición.
La baja temperatura de las aguas, así como el escaso caudal de este río, a su paso por el municipio vivariense, no fueron un impedimento a la hora de reunir participantes dispuestos a surcar sus gélidas aguas. «Contamos con 400 concursantes en esta nueva edición», explica Carlos Gueimunde, uno de los integrantes que compone el jurado y la comisión de fiestas de O Naseiro.
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