SUENA un ‘mi’ por la megafonía del Mercado Municipal. Las cuerdas de la guitarra vibran al ritmo de los cascos ecuestres, cuando un caballo levanta la vista y mira a su alrededor. El jinete no se inmuta: con gesto serio, realiza un imperceptible movimiento y la fiera adquiere no menos porte que la Bundchen, comenzando a desfilar sobre la arena con la elegancia de un Versace y la tranquilidad de un diestro antes de poner fin a la vida de un miura. Se escucha el sonido de los aplausos: Friol es Plaza Mayor.
La VIII edición de la Feira do Cabalo fue todo un éxito de público y participación, y congregó en Friol a cientos de ganaderos y aficionados al mundo del caballo, que disfrutaron de la belleza y habilidades de uno de los animales más nobles de la naturaleza.