La iglesia de A Ferrería de O Incio aparece cerrada

Los vecinos no pueden acceder al templo que venían usando y que ahora, según creen, pasó a manos de un banco
Dos vecinos y dos turistas, junto al candado colocado en la puerta de la iglesia
photo_camera Dos vecinos y dos turistas, junto al candado colocado en la puerta de la iglesia

Los vecinos de A Ferrería de O Incio se llevaron un disgusto cuando, recientemente, descubrieron que la iglesia que venían usando desde siempre fue cerrada con un candado. Nadie les avisó ni les dio explicación alguna. También desconocen quién impidió de este modo el acceso al templo, que pertenece al conjunto del balneario y cuya propiedad, por las informaciones que les llegaron, está ahora en manos de un banco.

Según explican, la iglesia estuvo siempre abierta para uso del pueblo de A Ferrería. De hecho, la llave se guardaba en casa de unos vecinos. Además, el templo acogía hasta el momento todas las celebraciones de la localidad, como la fiesta del 15 de enero en honor a San Amaro, las misas que se oficiaban con cierta periodicidad o los funerales, el último de los cuales tuvo lugar en abril.


La iglesia forma parte del conjunto del balneario pero desde siempre fue utilizada por el pueblo, que asumió la restauración de los santos


"Para nós ten tamén un valor sentimental porque, por exemplo no meu caso, bauticeime nesta igrexa e fixen nela a primeira comuñón", cuenta un vecino. Era el propio pueblo el que se venía ocupando del mantenimiento del templo y su entorno, en ocasiones rozando la hierba para poder celebrar las procesiones. Según dicen, asumían también el coste del suministro eléctrico y otros gastos, como la restauración de los santos.

"Se está en pé é grazas ao pobo, que fomos coidando dela", aseguran. "Restauráronse os santos e agora quedan aí e nós sen poder entrar", se quejan, al tiempo que denuncian que nadie se puso en contacto con ellos para explicarles el motivo del cierre con candado.

La iglesia parroquial se encuentran en Trascastro, pero A Ferrería tiene su propio cementerio. El templo ahora cerrado pertenece al conjunto del balneario, que la familia Gasset puso en marcha en el año 1892. Este imponente edificio funcionó durante un siglo, pero en 1997 fue vendido a una empresa junto con el manantial de aguas ferruginosas, declaradas de utilidad pública en 1884.

Tras su venta, comenzó una restauración enfocada a la reapertura del balneario, aunque no llegó a buen puerto. Hoy, el inmueble está abandonado y cubierto por la maleza. Según las informaciones que manejan los vecinos, es propiedad de un banco, que sería también el dueño de la iglesia.

Los residentes en A Ferrería esperan que, al menos, se pueda realizar algún tipo de aprovechamiento de las aguas medicinales porque, según comentaba ayer una mujer que visitó el lugar 17 años después su última estancia, "es una pena ver esto así".

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