La Guardia Civil suspende del cargo al sargento de Friol tras un enfrentamiento con el alcalde

La Guardia Civil ha suspendido de funciones al sargento del cuartel de Friol, J.L., de 56 años, tras una investigación abierta por el instituto armado que tiene como trasfondo un enfrentamiento con el alcalde, el popular Antonio Muiña.

El mando del acuartelamiento friolense había denunciado una supuesta irregularidad urbanística en una vivienda propiedad del padre de la parlamentaria popular y edil en Friol, Isabel García Pacín.

Según fuentes próximas al sargento expedientado, esa actuación molestó al regidor, que, poco después, paralizó los trabajos de acondicionamiento del cuartel de la Guardia Civil en Friol aduciendo que se trataba de un proyecto de obra mayor y no menor, independientemente de que su presupuesto fuese de 20.000 euros.

Los defensores del guardia apartado del puesto explican que hubo «presiones» de Muiña ante los superiores del cuerpo y que incluso el alcalde elevó sus quejas a la Consellería de Presidencia. Esa parte asegura que el también diputado popular «desprestigió» al sargento friolense aprovechando una presunta irregularidad administrativa cometida por el mando de Friol en la denuncia formulada contra el progenitor de la parlamentaria popular. Al parecer, ese escrito generó controversia dentro del propio seno del acuartelamiento de Friol, donde al menos un agente se negó a firmarlo.

Entrega del arma
Sea como fuere, esos hechos fueron conocidos por el capitán del cuartel de Vilalba y el comandante en Lugo y trascendieron hasta llegar al director general de la Guardia Civil. Éste ordenó esta semana la suspensión cautelar del sargento de Friol y hay abierta una investigación que podría acarrearle cargos penales. El mando friolense recibió esa notificación estando de baja por razones psicológicas, al no poder soportar la presión que tenía en su entorno. Esas razones lo llevaron incluso a entregar voluntariamente su arma. Este veterano guardia civil, con más de 30 años de carrera profesional en el cuerpo, tiene un historial  intachable, según sus defensores.

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