La Guardia Civil, que continúa investigando el tiroteo que se produjo el pasado viernes en la aldea cervantina de Couso, sospecha que el octogenario que disparó a sus dos vecinos tiene más armas en su domicilio que la que utilizó para herir de gravedad a un padre y a su hijo y después intentar suicidarse.
Las sospechas de los investigadores están fundadas, porque, tanto en Cervantes como en el resto de Os Ancares, la afición de Manuel Fernández Fernández, de 87 años, por las armas era un secreto a voces.