''La gente no me ve como a un gafe porque doy suerte''

Jorge Rodríguez. Teófilo lópez
photo_camera Jorge Rodríguez. Teófilo lópez

El vendedor de la Once Jorge Rodríguez, quien desde hace cerca de tres años despacha boletos de este juego de azar por las distintas localidades de la comarca chairega, así como por varios establecimientos de hostelería de la capital lucense, agasajó a su clientela con 350.000 euros el pasado viernes en el sorteo del Gordo de la Once, ya que este afortunado lotero había repartido previamente diez boletos del número 25.927, que resultaría premiado en el sorteo con 35.000 euros.

Rodríguez prefirió no desvelar la identidad de los afortunados al argüir que «no sé qué personas se llevan un boleto u otro, aunque sí estoy seguro de que parte de los décimos premiados en el sorteo del Gordo de la Once del pasado viernes los despaché en mi puesto de venta en Meira».

Este vendedor se mostraba ayer contento por el nuevo golpe de fortuna que acompaña su trabajo diario. Así, comentó que «el hecho de repartir boletos premiados no me reporta ningún beneficio económico directo, aunque cierto es también que este influjo positivo sí se traduce en un incremento de las ventas».

Además, agregó este vendedor vinculado a la Once tras sufrir un siniestro que le impidió continuar en su actividad como conductor de camiones, «repartir premios siempre es positivo, al menos para mí, porque la gente sabe que reparto suerte y ya no me ve como a un gafe cuando se acerca a comprar algo de lotería».

Rodríguez explicó que este Gordo de la Once es el segundo que reparte en el último año, ya que a finales de 2010 también repartió otros diez boletos premiados con 35.000 euros cada uno del Gordo.

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