La flota permanece amarrada por tercer día, salvo los grandes arrastreros

La flota pesquera de Lugo y A Coruña permanece amarrada por tercer día consecutivo --salvo los grandes arrastreros de las localidades lucenses de Burela y Celeiro, que sí salieron a faenar--, al encontrar todo el litoral gallego en alerta naranja tras dos jornadas en las que la costa noroeste registró mar de fondo con fuertes momentos de viento y olas superiores a los 10 metros de altura.

La del miércoles es la jornada en la que los responsables de las cofradías hacen balance de los daños registrados en espigones, muros de contención, dársenas, embarcaciones, playas y aparejos de pesca; a la espera de las visitas de los técnicos de Portos de Galicia para evaluar los costes y transladárselos a las compañías aseguradoras.

En Lugo, el puerto de Ribadeo no fue uno de los más afectados, ya que el mar "sólo arrastró algún bidón de la dársena", segundo apuntan fuentes de la cofradía.

No obstante, fuentes del Ayuntamiento de Foz dan parte de numerosos daños en playas, donde el temporal se llevó por delante duchas, pasarelas de madera y puentes de madera.

Pola su parte, en el municipio de Cervo, los puertos de Portocelo, Morás y San Cibrao registraron múltiples daños, motivo por el cual éste el último muelle es -junto a Ribadeo- uno de los lugares que visitará el presidente de Portos, José Manuel Alvarez-Campana, el día después de la tormenta.

En Celeiro, el pósito informa de que fueron "pocos" los perjuicios, mientras que en O Vicedo, por el contrario, avisan de daños "considerables", canalizaciones que quedaron expuestas al aire, una parte del muro de contención sin base, un trozo del dique derribado, un muelle partido en dos, escaleras y barandas rotas, pérdidas de aparejos, un barco arrastrado y playas que hay que acondicionar. "Habrá que ver como quedó el marisco", añaden las mismas fuentes de la cofradía.

Mejor situación hacia el sur

En la provincia de A Coruña, la zona norte fue la gran afectada. Así, barcos pequeños y un portalón de la lonja fueron los daños más considerables que dejó el temporal en el puerto de Espasante; mientras que el destrozo de un tramo del muelle, daños en almacenes, farolas, aparatos y embarcaciones auxiliares perjudicadas constituyen el saldo en el de Cariño.

Un poco más al sur, la costa gallega presenta una situación más positiva. Muestra de eso es la jornada de trabajo de los pescadores de Camariñas y Fisterra, donde aproximadamente "la mitad" de las embarcaciones salieron a faenar, segundo indican las cofradías. En Pontevedra, de igual modo, los barcos dejaron el puerto en una jornada mucho más favorable meteorológicamente.

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