La totalidad de la flota mariñana del anzuelo que participó en la costera de la caballa durante algo más de dos semanas en aguas del Cantábrico Este, regresó el pasado viernes a sus puertos de origen, después de que el Ministerio de Agricultura decidiese el cierre precautorio de la campaña el martes por la noche, al haberse consumido más del 75% de la cuota asignada a España para este año. Una buena parte de estas embarcaciones permanecieron en puertos cántabros a la espera de que el Gobierno pudiera reabrir, al igual que sucedió con el cerco, nuevamente el caladero una vez realizado el recuento definitivo de desembarcos, circunstancia que no ocurrió.
El patrón mayor de Foz, Juan José Lestegás, participó en la costera con su embarcación pudiendo realizar un total de diez días de pesca, el año pasado fueron 14. «Este año la campaña fue regular; hubo menos cupo por embarcación, más barcos y además precios más bajos, de 0,70 a 0,90 euros por kilo, cuando el año pasado se superaban los 1,20, trabajamos tres hombres en la lancha y logramos más beneficios que este año con un persona más», apunta Lestegás.
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