Zapatos en el suelo, colores de fiesta y caras de emoción describen la tarde de ayer en Vilalba, porque a pocos días del comienzo de las clases, los pequeños de la capital chairega no dudaron en acercarse hasta la Praza da Constitución, que se llenó de niños y no tan niños en el día dedicado al público infantil dentro de las fiestas patronales de San Ramón y Santa María.
Esta céntrica plaza vilalbesa se transformó ayer en un auténtico parque de atracciones con variedad de hinchables y talleres, en los que no faltaron los de pintura de cara, maquillaje y tatuajes para los más coquetos de la tarde de diversión.
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