La Feira de Gando de San Bartolo reúne a 600 reses en Penasagudas

Los ganaderos, con los caballos en uno de los curros (Foto: Héctor Manasé)
photo_camera Los ganaderos, con los caballos en uno de los curros (Foto: Héctor Manasé)

La Feira de Gando de San Bartolo, que se desarrolló ayer como cada año en el lugar de Penasagudas de la parroquia xovense de Monte, reunió a unas 600 reses de vacuno y de caballar. El certamen fue el más numeroso en cuanto al número de ejemplares que participaron y registró asimismo una afluencia de público considerable, tal que fue necesaria la reubicación de algunos vehículos que copaban ambos márgenes de la carretera provincial que une Viveiro, desde Valcarría, con Xove.

El jurado de la feria inició el recuento hacia las 12.00 horas al objeto de otorgar los premios del concurso del mayor número de reses vacunas y de équidos presentes en la feria a sus propietarios. Los dueños de los animales recibieron el dinero que les correspondió por la tarde tras las competiciones de andadura, programadas tanto para los caballos del país como para los trotones, que se disputaron a partir de las 17.00 horas.

La amplitud de los curros daba la impresión de que el número de animales era inferior a otras ediciones, pero sucedía al revés. En el campo de la fiesta se congregaron además los camiones que transportaban a los caballos de trote.

La representación de puestos en el mercadillo instalado en el campo de la fiesta también fue más importante que otros años. Los asistentes pudieron adquirir diversos productos de panadería, hasta ropa e incluso degustar pulpo preparado del modo tradicional gallego. Además, algunos lugareños aprovecharon para vender miel o semillas de col y otras.

Los ganaderos presentes en la feria, en su mayoría pertenecientes a la parroquia de Monte, que utilizan el certamen para vender los animales criados durante el año, se quejaban de los precios. Así, Antonio Liborio, O Portugués, de Loureiro, quien acudió con 20 animales, explicaba que por los terneros le pagaban poco y decía que «por unha xata de 20 meses dábanme só 1.100 euros».

Un buen número de los ganaderos de diferentes localidades del contorno acudieron a la feria con la intención de ver. José García, de Cervo, acudió para mirar y en busca de unos terneros para cebar, igual que ocurre con Abel Rivas, de Alfoz, quien siempre que puede. Daniel Cajete, de Xove, se quejaba de que los tratantes no ofrecían por el ganado y que sólo algunos particulares se interesaron.

Los precios motivaron que no se registrasen muchas ventas. Las vacas se ofrecían a un mínimo de 1.500 euros. Alberto Souto, de O Valadouro, asegura que «piden moito». Mucho peor estaban los caballos, «non valen nada», aseguraba otro ganadero.

Para José Vázquez, de Cervo, y Gonzáleo Martínez Prieto, de O Vicedo, la razón de la carestía reside en que «hai que darlles pienso para que medren e está moi caro». Miguel Otero, de la Loureiro, opina que «a carne pagámola igual, pero o pienso sube seguido». Él presentó 52 reses rubias marcadas de Acruga. Eso significa que se pueden llevar a a una subasta, mientras que para ir con las restantes deben ser puras. Las vacas marcadas alcanzan un precio mayor en el mercado.

Este ganadero subrayó que ahora casi todos los ganaderos de la raza rubia gallega seleccionan el ganado. Esa circunstancia se vio favorecida por la existencia de una subvención de la Consellería de Medio Rural, que este año se retiró para la raza autóctona.

Los animales que participaron en la feria xovense están durante el año en pastizales de comunidades de montes, aunque los propietarios suelen llevarlos a la estabulación libre para el parto.

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