La fe del Bispo Santo hunde a los invasores en la Festa Normanda de Foz

El desembarco normando y la batalla con los locales en la playa focense de Tupide congregó a unas 20.000 personas ► Desde hace un lustro, la cita obliga a los turistas a postergar sus vacaciones en la zona y vienen buses de toda España

La sexta edición de la Festa Normanda empieza a desbordar de éxito a los focenses. Cada año son más las personas que se acercan para ver una de las mejores representaciones históricas de España –después del Arde Lucus o de la de los Sitios de Zaragoza–. Los locales se remontan a alrededor del año 900 de nuestra era para batirse en duelo con los invasores normandos en la playa focense de Tupide y, con la ayuda del Bispo Santo, consiguen hundir una de las naves enemigas y provocar la huída de las cinco restantes. Más de 20.000 personas abarrotaron el litoral de Foz para ver la escenificación. 

Es tal la fama que empieza a tener el festejo que no solo acuden cada año personajes conocidos, como fue el caso de uno de los máximos responsables de Estrella Galicia, sino que también se televisa y se fletan autobuses por ejemplo desde Asturias. Marisol Suárez, su sobrina Carla y sus amigos Luis y Magaly vinieron desde Luarca por primera vez: "Nos encantó", manifestaron. Entre los que hacen posible el evento figura por ejemplo el carpintero del Ayuntamiento, Jacobo Otero, que destaca el buen ambiente y el hecho de que desde hace tres años decora las embarcaciones vikingas: "Muchos de los barcos, de unos nueve metros de eslora, son de fibra y van recubiertos de madera y eran embarcaciones en desuso, salvo el de la peña focense Os Larpeiros que es de aluminio. Se prepara sobre ellos un armazón para emular un ‘drakkar’ o nave normanda". 

El presidente de la comisión de los festejos, Pablo Fraga, aclara que preparan uno de los barcos para que se hunda durante la representación teatral y el resto supuestamente huyen a Normandía para contar lo ocurrido "e volver para invadirnos o seguinte ano".

Pablo Fraga, presidente de la organización: "As redes sociais sitúannos como a quinta mellor recreación histórica de España, despois do Arde Lucus"

"O Concello é o principal ente colaborador e de feito o alcalde, Javier Jorge Castiñeira, ponse a traballar como calqueira, construíndo por exemplo a empalizada, coa que separamos o campamento normando e os pubs da zona de ocio infantil", matiza este empleado de Alcoa, que calcula haberle dedicado unas 20 horas durante los cuatro meses previos a la cita: "Creo que habrá relevo generacional, la fiesta tiene futuro", sostiene, mientras va de la mano de su hijo Íker, de seis años. 

Aparte de la empalizada, otra novedad fue la bebida antigua: "El año pasado un visitante noruego nos felicitó por la recreación pero dijo que solo faltaba una cosa: servir hidromiel y este año dos personas, una de Asturias, la ofrece", puntualiza el munícipe.

"El año pasado un visitante noruego nos hizo ver que lo único que faltaba para volver al pasado era servir hidromiel"

Los vikingos se topan con la victoria de los campesinos locales, comandados por el jefe Vila –un vecino de la asociación de San Martiño de Mondoñedo– y ayudados por el Bispo Gonzalo –representado por Manolo Méndez ‘Chinchón’, nombrado el viernes Focego Maior–. "Tamén actuou este ano o druída oficial do Arde Lucus, Kiko de Lugo", matiza Fraga. A la medianoche, los vencidos celebraron un funeral normando en el que enterraron a su jefe –Jorge, un miembro del colectivo A Pomba do Arco–. Con antorchas y una flecha en llamas que impactó contra el barco, éste ardió en la mar, a la antigua usanza nórdica y bajo la vigilancia de un retén de bomberos. Este domingo, último día del festejo, los protagonistas son los niños con el desembarco infantil a la seis de la tarde. Una muestra del éxito de público es la venta de vasos de cristal del evento: se vendieron más de 2.000 por un euro, por el día. 

Las asociaciones de recreación histórica Gallaecia Ulf, de Ourense, y la asturiana Hijos del Lobo, montan sus campamentos representando la vida de la época con talleres de cuero o la fabricación de armas. "A Festa Normanda supón estirar o verán na Mariña 15 días porque a xente cambiou o seu hábito de vacacións só por vir e están pendentes de cando terá lugar a festa que depende do estado da mar e da pleamar", dice Fraga.

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