La falta de gasóleo deja a 60 abonados sin poder usar el balneario de Guitiriz

Los trabajadores explican que esto paraliza su actividad, ya que solo podrían dar masajes

Dicen quienes han pasado por el emblemático Hotel Balneario de Guitiriz en las últimas semanas que es como un edificio fantasma. De la plena ocupación de, por ejemplo, San Valentín, se ha pasado a la ausencia de huéspedes, una inactividad que ahora se hace extensiva al balneario. La falta de gasóleo impide calentar el agua de las duchas o las piscinas, lo que hace inviable su uso para los 60 abonados de la zona que seguían acudiendo.

"La propiedad no ha querido comprar gasóleo, así que ahora solo podemos dar masajes", explica Sheila Palmeiro, una de las cuatro técnicas que continúa trabajando en una instalación termal que, en su época de mayor esplendor, llegó a contar con más de una veintena de empleados.

"Hasta ahora el balneario funcionaba, pero sin agua caliente ya no se puede, suponemos que será una estrategia de la propiedad, porque desde que empezó la huelga, nosotros seguimos facturando" explica una de las representantes de los trabajadores, que lamenta la falta de información por parte de los dueños y dice no entender dónde están unos fondos con los que "se pudo comprar gasóleo, pero no quieren".

El desánimo y la frustración hace mella en una plantilla que lleva desde el 17 de marzo en huelga y con la que la deuda crece día a día. Les deben las tres nóminas de 2017 y las dos extras de 2016. Y para ellos, lo peor es ver que el hotel tiene posibilidades, pero la mala gestión y la falta de organización han ido provocando un declive que ha desembocado en la situación actual.


El banco reclama a la propiedad más de siete millones de euros, una deuda que parte de créditos firmados en 2010 y 2012


"Estamos á espera de que o vendan ou que o embargue Abanca, non sabemos o que vai pasar", explica otro de los 44 trabajadores que sobreviven en una plantilla que en sus mejores épocas, en las que, según apuntan algunas fuentes, el hotel llegó a facturar más de tres millones al año, superaban el centenar de personas.

"Levamos case un mes de folga sen vistas a que cambie nada", lamenta este veterano empleado, que precisa que hay al menos cuatro firmas interesadas en hacerse con las instalaciones.

La esperanza colectiva está puesta en que una de estas ofertas prospere y así, quizás, las instalaciones de Guitiriz puedan volver a ser aquel referente que empezó a resquebrajarse cuando la propiedad decidió romper con la cadena Hesperia —justo tras la fusión de esta con NH— y asumir personalmente la gestión en lugar de cobrar un alquiler y recibir un porcentaje de la facturación.

Muchos sitúan ahí el germen de la actual situación, ya que poco después se marcharía la directora, dando paso a un goteo de despidos que alcanzó prácticamente a todos los jefes de departamento, con expedientes de regulación temporal de empleo y un concurso de acreedores en 2014 de por medio.

Una parte de la actual plantilla logró sobrevivir a todo ello para vivir ahora en el limbo, mientras la propiedad y Abanca mantienen un pulso que ha llegado a los juzgados. La reiterada falta de pagos y los incumplimientos de acuerdos suscritos llevaron a la entidad bancaria a presentar en el juzgado de Vilalba una demanda de ejecución hipotecaria, según precisan desde la CIG, que también apunta que desde Abanca les han indicado que su deseo es que la actividad en el balneario continúe.

Por su parte, Andrés Conde Medín, el titular de Balmimesa —sociedad que en 1985 compró los terrenos del antiguo balneario de Guitiriz e impulsó una reforma que culminó en 2003 con la reapertura—, presentó una querella criminal contra Abanca, admitida a trámite en un juzgado de Betanzos.

Su abogado, Guillermo Liaño, argumenta que en 2010 y 2012 Conde Medín renovó varios créditos con Abanca, operaciones autorizadas por la entidad pese a saber que "iba a ser imposible cumplir lo que se estaba pactando", a lo que además se sumaría "la fragilidad mental y anímica", acreditada por un informe médico, del dueño del balneario, que hoy tiene 90 años.

A la espera de que el proceso prospere, Liaño incide en que "mi cliente es el primero que sabe que su momento ha pasado" por lo que espera que pueda tener "una salida digna" y que la entidad facilite el proceso porque "Abanca siempre obtendrá una plusvalía".

Según se recoge en la propia querella, Conde Medín habría recibido de Abanca 11.669.229,41 euros en virtud de varios préstamos hipotecarios, de los que habría pagado 10.240.639,41. Sin embargo, su deuda aún sería de 7.322.576,11 euros.

El documento explica también que Abanca podría quedarse el hotel por unos dos millones de euros, si bien su valor real, según una tasación existente, sería de 20 millones de euros.

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