SARRIA. La falta de descanso hizo que algunos vecinos se tratasen por "ansiedade"

Residentes en la zona de la estación de tren de Sarria llevan años de lucha por ruidos de un pub, ahora cerrado

Aunque la movida de Sarria se localiza en la zona de los vinos y, desde hace un tiempo, en un céntrico tramo de la Rúa Calvo Sotelo, no es necesaria una alta concentración de pubs para perturbar el descanso de los vecinos. Un ejemplo de esta situación se encuentra en la zona de la estación de tren de Sarria, donde un grupo de residentes lleva ya años de lucha contra los ruidos generados por un establecimiento que, según algunos testimonios, incluso les causó perjuicios en su salud. Varios vecinos estuvieron "en tratamento por ansiedade, porque non podes durmir nin descansar", aseguran.

Su pelea —que llevaron hasta el Concello, la Xunta, las fuerzas del orden, el Valedor do Pobo y el juzgado— se intensificó en 2011, aunque las quejas ya venían de años atrás. El negocio en cuestión funcionó como bar durante un cuarto de siglo en total armonía con el vecindario, pero la situación cambió cuando sus propietarios lo vendieron.

A partir de ese momento, fueron varias las personas que lo explotaron como pub pese "a ter licenza dun simple café-bar". Pasó por varias manos y, según su versión, siempre con molestias por ruidos e incumplimiento del horario de cierre. "Había días nos que incluso non pechaba. Horrible. Hai que vivilo para saber o que é", recuerdan algunos afectados, que un día sí y otro también solicitaban la presencia de la Policía Local. Desde el pasado mes de noviembre, el establecimiento se encuentra cerrado, pero los vecinos desconocen cuál es el motivo.

No saben si las denuncias tuvieron efecto traducidas en multas u otras medidas o si el cierre fue una decisión particular de las personas que lo explotaban. Lo que tienen claro es que ahora descansan mejor. "É un alivio grandísimo".

En el caso de la zona de vinos de Sarria, el Concello planteó en 2012 la elaboración de una ordenanza para limitar la concesión de licencias de actividad a locales de ocio nocturno ante la saturación acústica de calles como Gregorio Fernández, Rías Baixas y un tramo de Diego Pazos. No obstante, la ordenanza quedó en una intención y la zona de vinos acabó por perder peso dentro de la movida, que desde hace unos años se centra en Calvo Sotelo.

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