La Etap mejoró la calidad de un agua que en 2006 no bebía el 87% de los lucenses

La memoria social y demográfica incluida entre los estudios para la creación de la empresa mixta indica que la entrada en funcionamiento de la nueva estación potabilizadora redujo sustancialmente la presencia en el agua del grifo de trihalometanos, unas sustancias generadas en el proceso de cloración y cuyo nivel máximo permitido es de 100 micg./litro. Según los análisis realizados en 2009, cuando funcionaba la vieja Etap, el agua de Lugo tenía hasta 66 micg./l., mientras que con la actual potabilizadora el nivel ha bajado hasta los 10 micg./l.

Además, la memoria aporta una encuesta realizada entre más de 200 abonados en el año 2006, en donde se destaca un alto grado de satisfacción con el servicio. Así, el 63% de los encuestados lo consideró como aceptable, aunque el sondeo también reveló que en aquel momento el 87% confesaba que no bebía agua del grifo.

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