La edad media de los afectados de riñón subió en los últimos años hasta los 73

La unidad de diálisis del Hospital da Costa atiene en estos momentos pacientes de entre los 42 y los 88 años, aunque la media se sitúa en los 73. «Es lo que llamamos nefrología geriátrica, porque la mayoría de los enfermos son personas mayores», explica Montserrat Pousa y añade que «el perfil de los pacientes fue lo que más cambió en los últimos años, desde 1998 no sólo se triplicó su número sino que ahora son mucho mayores».

El motivo para el incremento de la edad de los pacientes es básicamente que la expectativa de vida creció considerablemente. Además, los enfermos renales siguen controles médicos y reciben más cuidados, por lo que pasan a diálisis mayores si no hay contraindicaciones para el tratamiento. La doctora Pousa cita como causas para no administrar diálisis que desde el punto de vista médico no merezca la pena, «porque la persona padece una enfermedad terminal, está encamada o es dependiente, entre otras causas en las que no le aporte ni calidad de vida ni dignidad» o que el paciente rechace el tratamiento por voluntad propia. «Hay gente que prefiere que le controlemos los síntomas porque les parece que ya han cumplido en esta vida y no quieren someterse a este tratamiento», indica.

Causas

Las principales causas para el fallo renal son: la diabetes, las causas vasculares entre las que destaca la hipertensión arterial y las de causa desconocida, es decir, aquellas patologías que cuando se conocen ya no es posible biopsar el riñón y llegar a un diagnóstico exacto.

En este sentido, Pousa apela a la responsabilidad de los pacientes, ya que a su juicio «tiene que implicarse en su enfermedad». «Tienen que llevar un control sobre sus enfermedades, sobre todo de la hipertensión arterial y de la diabetes que son los enfermos que más nos derivan desde otras especialidades», dice.

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