El diestro Alejandro Talavante cortó las dos orejas de su segundo toro y abrió la Puerta Grande del coliseo balear de Palma de Mallorca, en una noche triste para el toreo al ser la última que, presuntamente, acogerán las islas antes de que entre en vigor la ley de los "Toros a la Balear".
La plaza contó con una entrada que ocupó casi tres cuartos de los asientos a ocupar, aunque por encima de todos los asistentes fueron tres los que llamaron especialmente la atención. La Infanta Elena y sus hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica de Marichalar y Borbón, que no quisieron perderse una belada tradicional.
Algunos de los aclamos del público, venían referidos a la sudodicha ley. Entre ellos destacaron llamadas al viento de "¡libertad!", y otras consignas en demanda de un espectáculo íntegro y litúrgico.
La Duquesa de Lugo disfruta del espectáculo de Alejandro Talavante
La Infanta Elena y sus dos hijos no se perdieron una velada en la que el torero marchó con dos orejas