La presidenta del grupo El Progreso, Blanca García Montenegro, realizó ayer en el acto de entrega del premio Puro Cora una remarcada apuesta por «el futuro de la prensa escrita, de calidad y de referencia» como resultado de su «confianza basada en la diferenciación que hay -y ha de haber cada vez más-, entre los contenidos en abierto en internet y los contenidos de la prensa de referencia de pago».
García Montenegro comenzó su discurso explicando que el premio Puro Cora fue entregado en esta edición en «el núcleo fabril de El Progreso» -como denominó a las instalaciones que el diario posee en el polígono industrial de O Ceao de Lugo-, en una «decisión que pretende ser más que simbólica», al ser «la expresión de la mayor confianza que podemos expresar: abrir nuestro espacio menos visible a todos».
Elevó la apuesta de esta edición a un plano moral porque «se impone la expresión y el ejercicio de la austeridad, que no es, o no ha de ser, parálisis en la inversión y en la actividad económica que asegura el empleo y la calidad de vida».
«Para los medios de comunicación, como para la mayoría de las familias, y para casi todas las actividades empresariales, corren tiempos que exigen administrar las dificultades», añadió y constató una realidad, que «los medios de comunicación -tanto por la venta de ejemplares como por la venta de publicidad- son un termómetro sensible de la realidad económica a la que se dirigen».
Interrogantes
La presidenta de El Progreso no ocultó que esta crisis general ha encontrado a los medios impresos «con muchos interrogantes abiertos sobre su futuro por la revolución digital que se plasma en la competencia gratuita de las versiones en internet». Reiteró una vez más su convicción de que «es una necesidad, una obligación de todos, asegurar medios de comunicación con contenidos que aporta el aval profesional».
En ese sentido, hizo una apelación amplia al conjunto de los agentes sociales para asegurar la continuidad de la «prensa elaborada y de pago», como «respuesta a un derecho ciudadano a la información, que no garantiza la barra libre, en lo que todo cabe y nada se discrimina o valora, de tantos foros en la red».
Como valor añadido, Blanca García Montenegro citó que la comunicación, «en su concepción bidireccional», sirve de encuentro «entre el poder y los ciudadanos, de los ciudadanos y el poder». Advirtió de que «la prensa de calidad, que profundiza en las libertades, no es un tablón en el que se fijan mensajes indiscriminados, no es una red en la que se vierten documentos, que solo empiezan a ser noticia cuando son procesados por redacciones profesionales y salen en medios escritos, valga lo sucedido con Wikileaks: no hubo noticia hasta que los textos aparecieron en los medios escritos».
«La prensa es una aportación indispensable para afianzar las sociedades libres», opinó, porque entiende que «su papel, su necesidad y su responsabilidad se acentúa en momentos de profundas transformaciones, cambios y convulsiones como las actuales».
La máxima responsable de El Progreso no dejó de explicitar que, pese a lo desalentador del panorama, «hay presente y entre todos podemos construir un futuro que garantice salida a quienes buscan trabajo».
El desempleo era precisamente el asunto sobre el que Abel Veiga Copo erigió el argumentario de su artículo para hablar de «un tema muy sensible y de la máxima actualidad: el presente laboral de la juventud».
La presidenta del grupo El Progreso alabó el trabajo realizado por Abel Veiga Copo en el artítulo ganador ‘Jóvenes y futuro’ y remarcó que «a su profesión de docente de Derecho Mercantil en la Universidad de Comillas se antepone, para el periódico El Progreso de Lugo, su condición de monfortino de nacimiento y vocación».
