La despedida más agridulce

Una pandilla de jóvenes escanciando sidra (Foto: Héctor Manasé)
photo_camera Una pandilla de jóvenes escanciando sidra (Foto: Héctor Manasé)

El valle de O Naseiro acogió cinco días de fiesta en los que los romeros saborearon todo tipo de manjares típicos en el campo y disfrutaron del buen ambiente y de las verbenas. El festín interminable finalizó ayer con una gran sardiñada, a partir de las siete de la tarde, que dejó el lugar impregnado con el olor de ese pescado.

Los botiquines de la zona sirvieron las sardinas para todos aquellos que no contaban con cabaña donde prepararlas. Cesáreo Eijo, dueño de uno de los botiquines, aseguraba que había comprado 80 kilos de este manjar, una cantidad inferior a la del año pasado, debido a la subida de precio que experimentó la sardina. «El plato, compuesto por una sardina y una patata, se sirve a 2 euros», explicaba.

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