La declaración de Patrimonio Mundial para la Ribeira Sacra lleva más de un año estancada

Los técnicos de la Consellería de Cultura trabajan desde agosto de 2015 para adaptar el informe hecho por el Valedor do Pobo a las necesidades de la catalogación de BIC y a las directrices de la nueva legislación aprobada este verano
El mapa coordinado por el Valedor y entregado a la Xunta.
photo_camera El mapa coordinado por el Valedor y entregado a la Xunta.

El 18 de julio de 2015, el Valedor do Pobo, institución que llevaba en aquel momento José Julio Fernández, entregaba al conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, el informe y el mapa elaborado por técnicos de distinto perfil profesional que debía sentar las bases de la candidatura de la Ribeira Sacra a ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Año y medio después de esa fecha no se han dado nuevos pasos significativos en el objetivo y el informe, que costó 100.000 euros, sigue en proceso de adaptación para que, en primer lugar, la zona sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y, en segundo, se formalice una candidatura a Patrimonio de la Humanidad que pase los filtros de la Consellería de Cultura, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y, finalmente, de la Unesco.

La Consellería de Cultura explicó ayer que el procedimiento es complejo, ya que «hai que axustar os informes técnicos e a documentación para adaptalos á normativa vixente que establece a nova Lei do Patrimonio Cultural de Galicia, en vigor desde o pasado agosto. Cómpre lembrar que ao tratarse do máximo nivel de protección esta declaración ten unha tramitación complexa e esixe a máxima meticulosidade».

A la vista de la respuesta, parece que se cerrará el 2016 sin que la Ribeira Sacra tenga la declaración inicial de BIC y no se cumplirá así la previsión hecha en verano de 2015.

ANTECEDENTES. Las gestiones para que la Ribeira Sacra sea Bien Mundial habían tomado cierto ritmo desde que José Julio Fernández instó hace más de dos años a las diputaciones de Lugo y Ourense a ponerse de acuerdo y trabajar en conjunto para conseguir la máxima figura de protección para la zona.

Se acordó entonces preparar un documento base con la ayuda de varios profesores universitarios en el que se recogiesen los principales baluartes de la comarca para aspirar a semejante distinción. Ese informe fue el que se entregó hace año y medio. Cuando Román Rodríguez recibió el estudio ya explicó que se trataba de un trabajo orientativo y que todavía quedaba mucho por hacer. Poco más de seis meses después, en febrero de este año, trascendió que al departamento de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia la delimitación geográfica que proponían los técnicos del Valedor le parecía «muy extensa y poco justificada».

El 2015 se preveía que este año llegase la declaración de BIC, pero la fecha no se cumplirá y no hay nuevas estimaciones

La administración autonómica consideraba que el dossier era incompleto y, además, había que adaptarlo al formulario oficial que se requiere para hacer la presentación ante la Unesco.

RESPUESTA. Cuando trascendieron las críticas sobre el informe estaba al frente del Valedor do Pobo Milagros Otero, que tomaba el relevo de José Julio Fernández.

Tanto ella como su antecesor insistieron en varias ocasiones en que el estudio desarrollado por los expertos en diversos aspectos no pretendía ser un documento final, solo un corpus teórico que amparase la declaración.

Añadían que el objetivo era crear un archivo en el que se cuantificasen y de desarrollasen todos los atractivos de la Ribeira Sacra y explicaban que cuando se pusieron en marcha las declaraciones de la Muralla de Lugo o de la Torre de Hércules, todo ese fondo teórico ya existía y había sido un gran soporte para conseguir las distinciones. En la Ribeira Sacra no había nada de ese fondo y el informe trataba de crearlo.

Milagros Otero explicaba en febrero de este año que quedaba a la disposición del departamento de Patrimonio Cultural para seguir trabajando o elaborar todo aquello que la consellería le requiriese. Ayer insistía en lo mismo, se ofrecía a colaborar con la Xunta para cualquier cuestión que pudiese necesitar y matizaba que sus competencias con el informe habían terminado.

Son ahora los técnicos de la Consellería de Cultura los que están revisando toda la documentación y adaptándola a los requisitos que marca la nueva legislación sobre patrimonio porque esta también cambió y, entre otros aspectos, se modificaron y endurecieron las condiciones para las declaraciones de BIC.

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