La Comisión Europea apuesta por la economía circular en sustitución de la lineal

Quiere cambiar la costumbre del "usar y tirar" por la de reaprovecharl os productos

La Comisión Europea (CE) aprobó este mes de diciembre un nuevo paquete sobre la economía circular, que tiene por objetivo utilizar los recursos de una forma más inteligente y sostenible, proponiendo una serie de acciones con las que contribuir a "cerrar el círculo" del ciclo de vida de los productos a través de una mayor reutilización y reciclado, contemplando desde la producción y el consumo hasta la gestión de residuos y el mercado de materias primas secundarias.

El documento inclúe un conjunto de acciones tangibles, amplias y ambiciosas que se presentarán antes de concluir el mandato de la actual CE y que, a modo de resumen, lo que persiguen es el cambio de filosofía de la economía en general, pasando de un modelo lineal, marcado por la máxima de "usar y tirar", a otro circular, en el que los residuos sean reducidos al mínimo y concebidos como recursos útiles para obtener energía o para reconvertir en otros productos a través del reciclaje. De este modo, se trata de que cuando un bien llegue al fin de su vida útil, se pueda volver a utilizar repetidamente.

¿Y que se consigue con esto? Es evidente el beneficio ambiental y sobre el cambio climático; pero a la vez se está fomentando el desarrollo económico y la creación de empleo.

Para introducir estas nuevas herramientas, Europa contará con el apoyo financeiro de los Fondos EIE, con 650 millones de euros procedentes de Horizonte 2020 (programa de financiación de la investigación e innovación de la Unión Europea), de 5.500 millones de euros procedentes de los Fondos Estructurales y de inversiones en la economía circular a nivel nacional.

De hecho, la reducción de residuos, el diseño ecológico, la reutilización y medidas similares podrían aportar a las empresas de la UE un ahorro neto de 600.000 millones de euros, o el 8% del volume de negocios anual, disminuyendo paralelamente las emisiones anuales de gases de efecto invernadero entre un 2% y un 4%.

En este escenario, los esfuerzos deben encaminarse hacia la consecución de formas innovadoras y más eficientes de producir y consumir, estableciendo una serie de actuaciones orientadas a la reducción del despilfarro de alimentos, disminuyendo a la mitad en 2030 (se calcula que cada año se tiran a la basura en la UE alrededor de 100 millones de toneladas de alimentos); la elaboración de normas de calidad para las materias primas secundarias a fin de reforzar la confianza de los operadores en el mercado interior; la definición de un plan de trabajo sobre diseño ecológico para 2015-2017 dirigido a promover la reparabilidad, durabilidad y reciclabilidad de los produtos, ademas de la eficiencia energética, combatiendo la obsolescencia programada; la revisión del reglamento sobre abonos para facilitar el reconocimiento de los abonos orgánicos y basados en residuos en el mercado único, reforzando el papel de los bionutrientes; y la definición de una estrategia que aborde los problemas de reciclabilidad, biodegradabilidad y presencia de sustancias peligrosas en los plásticos.

PROPUESTA LEGISLATIVA REVISADA SOBRE RESIDUOS. Europa pierde actualmente cada año unos 600 millones de toneladas de materiales contidos en la basura que podrían ser reciclados o reutilizados. Como media, solo se recicla alrededor del 40% de los residuos producidos en los hogares.

La propuesta legislativa revisada sobre residuos fija, en este marco, objetivos claros de reducción y establece un ambicioso camino, a largo prazo, para su gestión. Así, en 2030 habrá que tener reciclado el 65% de los residuos municipales y el 75% de los envases. También, de aquí a esa fecha, habrá que rebajar la eliminación en vertedero, limitándola a un máximo del 10%.

Asimismo, se contempla la prohibición del depósito en vertedero de los residuos recogidos por separado; la promoción de instrumentos económicos para desalentar el vertido; la simplificación y mejora de las definiciones y una armonización de los métodos de cálculo de los porcentajes de reciclado en toda la UE; el establecimiento de medidas concretas para promover la reutilización y estimular la simbiosis industrial, convirtiendo los subprodutos de una industria en materias primas de otras; y la promoción de incentivos económicos para que los productores pongan en el mercado artículos más ecológicos, apoyando los régimes de recuperación y reciclado (envases, baterías, aparatos eléctricos y electrónicos, vehículos, etc).

Además, el nuevo paquete de economía circular recoge de forma explícita que, cuando los residuos no se puedan evitar ni reciclar, resulta preferible, en la mayoría de los casos, tanto en términos medioambientales como económicos, recuperar su contenido energético en lugar de eliminarlos en vertedero. En este contexto, se asegura que la producción de energía a partir de la basura no reciblable puede desempeñar su papel y crear sinergías con la política climática y energética de la UE, pero siempre guiada por los principios comunitarios de la jerarquía de residuos, priorizando la reducción, y la preparación para la reutilización y el reciclado, que deben complementarse con la recuperación material y/o energética, relegando el vertido a última opción.

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