Los planes de encauzamiento de los ríos se han destapado como una de las obras más polémicas y no solo en Sarria. En Ponferrada, la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) ha renunciado esta misma semana a ejecutar una actuación debido a la oposición vecinal. Aunque los proyectos de León y Sarria contemplan intervenciones diferentes en los cauces, coinciden en el tiempo y tienen puntos en común como la afectación a zona urbana y la financiación con fondos europeos.
En el caso de Ponferrada, se trata de un proyecto de actuación contra avenidas en los márgenes del río Sil entre el puente del ferrocarril y el de Toral de Merayo, donde se preveía la construcción de un dique de tierra de 2,6 kilómetros para prevenir riadas que afectarían a unos 2.000 vecinos en cinco kilómetros cuadrados.
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