La chimenea de la antigua Feculera de Sarria es todo un ejemplo de arquitectura industrial. De singular forma y altura, constituye ya parte del paisaje urbano y, a juicio del edil Antón Fortes, merece ser protegida con su declaración como BIC.
ELEGIDA POR familias enteras de cigüeñas como su lugar de residencia, la chimenea de la fábrica feculera de Sarria se alza sobre el paisaje urbano con su peculiar foma circular como último bastión de una actividad fabril en auge a mediados del siglo pasado.
La importante producción de patata que existía en la zona en aquel momento favoreció el asentamiento de esta industria feculera en la villa allá por los años 40, en unos terrenos junto a la vía del tren, desde la cual partía un ramal que permitía cargar y descargar material sin salir de la factoría.
En el libro de fiestas del San Xoán de 1947 ya se publicitaba con notable despliegue la existencia de la Feculera de Sarria SL. Se trataba de una empresa dedicada a la fabricación de féculas, almidones, dextrinas, tapioca, glucosa industrial, glucosa purísima y gluconato cálcico recristalizado, según explica Xaime Félix López Arias, miembro del Seminario de Estudos Sarriaos, quien recuerda que, en el año 1950, se anunciaba de nuevo como Feculeras Españolas y con el empresario castellano Eduardo Martín Alonso al frente.
Un elemento para señalizar e incluir en guías
La chimenea de la Feculera conforma, según Fortes, «unha imaxe singular de Sarria, tan nosa e meritoria como outros monumentos existentes», razón por la cual solicita su señalización e inclusión en guías turísticas de la villa. Propone también dotarla de paneles informativos sobre su historia, que sirvan de elementos didácticos para la visita de escolares al lugar, al tiempo que recuerda que el turismo industrial «está en voga neste momento».
