La cantera Ferlosa sale a subasta por un precio inicial de 600.000 euros

Una de las naves de Ferlosa, prácticamente desmantelada (Foto: Toño Parga)
photo_camera Una de las naves de Ferlosa, prácticamente desmantelada (Foto: Toño Parga)

La cantera Ferlosa, ubicada en la población quiroguesa de Pacios da Serra, se subastará en las primeras semanas de mayo en el juzgado de lo mercantil de Lugo. El precio de salida de los bienes de la pizarrera y de su licencia de explotación, que es lo que más valor tiene, estará en los 600.000 euros, pero algunos expertos no descartan que su precio final pueda llegar a los cuatro millones de euros ya que ha trascendido que hay una decena de compradores interesados en su licencia.

La firma Ferlosa cerró sus puertas en el año 2008, tras la fuerte crisis que azotó al sector y que en el municipio de Quiroga también obligó a clausurar canteras del grupo Cupiga-Pebosa.

En el caso de Ferlosa, los problemas comenzaron con un Expediente de Regulación de Empleo (Ere) que durante varios meses mandó al paro a sus noventa trabajadores en turnos de 45 personas. El intento fue fallido y finalmente la pizarrera cerró y los empleados se quedaron en la calle.

Reapertura

Los intentos por reabrir la pizarrera de Ferlosa fueron varios. El primero de ellos lo protagonizó la firma Cupa, que posee otros bancos en la zona, y cuyos técnicos estuvieron durante varios meses analizando las posibilidades de explotar las vetas de Ferlosa.

Determinaron que la calidad de sus bancos era óptima, una de las mejores, pero que para proceder a su limpieza y su explotación de forma eficaz la inversión era demasiado elevada. Ferlosa es una pizarrera de las más pequeñas, que creció de forma anárquica y de espaldas a las últimas normativas medioambientales. Eso y su mala gestión económica fueron los motivos de su quiebra y también las causas por las que Cupa no cerró su compra.

El otro intento para reflotar la instalación partió de un grupo de socios minoritarios que buscaron en los trabajadores que perdieron su empleo el aval para crear una cooperativa y proceder a trabajar la cantera. Hubo negociaciones y en algún momento los sindicatos las dieron por exitosas, sin embargo, en noviembre de 2009 los ex empleados votaron en contra de la medida al considerar que no era viable y prefirieron asegurarse de percibir los fondos del Fogasa (Fondo de Garantía Social).

Además, a finales del pasado año hubo una primera venta pública de los bienes y la licencia de Ferlosa, pero nadie mostró interés por la compra.

Posibilidades

La calidad de las vetas y el número de compradores interesados en la puja son los factores en los que confían los expertos para que la cantera de Ferlosa puede multiplicar por seis su precio de salida.

Pero hay un tercer elemento que alimenta las previsiones: la incipiente recuperación del sector. Aunque en Quiroga el proceso es mucho más lento porque los principales grupos pizarreros cerraron en 2008, en la comarca vecina de Valdeoras, las canteras mejoraron su balance en 2010 en comparación con las cifras de 2009 debido a la exportación de producto al extranjero. Francia, Alemania y el Reino Unidos son los principales países compradores de pizarra de las tierras gallegas y en los últimos meses la demanda dibuja una ligera curva de ascenso.

EL MOTIVO

Una deuda de 11,7 millones de euros

La deuda de la pizarrera Ferlosa ascendía en el momento de su cierre, según los informes de los interventores, a 11,7 millones de euros. La más alta era con la Seguridad Social, de 2 millones; con la Agencia Tributaria, 1,7 millones, y con bancos y cajas un total de 1,5 millones. Tenía una cuenta que saldar con el Igape de 825.000 euros y otra de 200.000 euros con la comunidad de vecinos de Pacios da Serra. El resto, se repartía entre proveedores y trabajadores.

Valor

Los interventores habían valorado que el activo de la cantera ascendía a 18,7 millones de euros, fruto de los 15 millones en los que estaba valorada la concesión minera y de la suma de maquinaria y otros bienes materiales.

Pebosa

La compra de canteras en subasta no es algo totalmente nuevo. Hace unos meses el propietario de la firma Piquisa, también de Quiroga, se hizo con la concesión en una subasta de Pebosa. Pagó 1,2 millones de euros y el precio de salida era de 18,4 millones.

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