El artista necesita ser libre para crear. Y cada uno tiene su técnica para dejar el mundo a un lado y centrarse en su obra con todos sus sentidos. El argentino Jorge López, que dirige dos galerías y coordina exposiciones en diferentes museos, decidió crear un alter ego ante la sobrecarga de información para iniciar una catarsis y una limpieza que le permitieran trabajar sin ataduras ni influencias.
Su alter ego es Bad Rabbit, «un conejo malo que satiriza, sobre todo, aquello que consumo y me importa: el cine, el teatro, la pintura, el arte», explica el joven argentino, que tras una década recorriendo el mundo de la mano de su conejo de peluche burlón ha escogido Castro de Rei para despedirlo e iniciar otro camino.
