La batalla perdida del paro

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DEMASIADA mala hierba entre tan poco brote verde. La economía española, por decirlo gráficamente, comienza a ver una luz incierta al final de un túnel de longitud todavía desconocida. Es la consecuencia directa de una estrategia concebida durante el asueto estival por parte del Gobierno para insuflar ánimos con el arranque de curso, sabedor como es el equipo de Mariano Rajoy de que los mensajes acaban calando, como la lluvia fina.

Que si las encuestas de confianza de los consumidores, que si el repunte exportador, que si la estabilidad presupuestaria con el karma del déficit siempre en la cabeza... Es verdad que hay signos que apuntan a que algo va a cambiar de rumbo entre los grandes números macro de esta crisis, pero no lo es menos que España seguirá con una tasa de paro vergonzante al menos otro año más. Y esa es una clave que explica, en parte, que el consumo siga retraído, que el ahorro aumente, que también lo haga el gasto en prestaciones, al tiempo que la recaudación fiscal, uno de los grandes problemas de este laberinto, arroje datos que apuntan a unos ingresos por IRPF a la baja o a un exiguo incremento por IVA. Lo dice el Gobierno, pero no ante los micrófonos, sino a través de los presupuestos generales del Estado para el 2014. Son la gran hoja de ruta.

Esos presupuestos sitúan a Galicia como una de las comunidades más beneficiadas en cuanto a la inversión estatal (un 13,8% del total, con un aumento del 3,3%), pero lo hacen por el mantenimiento de los fondos destinados a la construcción del AVE con la Meseta, cada vez más cuestionada si nos ponemos a hablar de prioridades, igual que también priman a Castilla y León, beneficiada por el mismo motivo. De unos 3.000 millones que recibirán ambas comunidades, algo más de 1.000 se destinarán al AVE. Eso explica en parte el peso en el total de la inversión estatal en Galicia.

Y a la espera de unos presupuestos autonómicos en fase final de diseño y ajuste, que tradicionalmente fijan para Galicia una tasa de paro cuatro puntos por debajo de la media española, conviene repasar esa hoja de ruta marcada por el Gobierno para saber ante qué escenario estamos. Y, así, de paso, situar en su contexto todas las valoraciones a esos datos de paro registrado conocidos esta semana: 25.500 desempleados más, 3.200 de ellos en Galicia. Aunque es cierto que fue un septiembre menos negro, ya que es el mejor dato desde 2007, también lo es que pone fin a seis meses consecutivos de caídas. Y, enre negruras, Madrid se apunta a la pompa para advertir que el cambio está ahí, a la vuelta de la esquina.

¿Y dice algo sobre el desempleo el Gobierno a través de los presupuestos recientemente presentados? Pues sí, y es más que explícito. Presentados como los presupuestos de la recuperación, que se espera apuntalar con un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,7%, el Gobierno nos dice a través de ese escenario dibujado sobre el papel que la tasa de paro se situará en 2014 en nada menos que el 25,9% de la población activa. Sí, lo dicen los presupuestos presentados como los de la recuperación por Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, ministros de Economía y Hacienda. Será algo por debajo del 26,6% que marcará al cierre de este año, pero todavía por encima del dato en su momento previsto para 2012, un 25%, que finalmente resultó más elevado.

El Gobierno ya preveía en 2012 que en la segunda mitad de este año se comenzaría a crear empleo. Y ahora hace algo similar, al advertir que también en los últimos seis meses de 2014 llegará a generarse empleo neto. Semeja un ganar tiempo a la espera de que llegue por fin el cambio. Con un país que presenta 5,9 millones de desempleados (de ellos, 277.000 en Galicia en el último año) y que cuenta frente a ese contingente con 16,9 millones de ocupados, volviendo a niveles de hace una década, se antoja casi insultante hablar de recuperación. Al menos, si se le dice a la cara a un parado. Si a ellos sumamos un colectivo de dos millones de desempleados que llevan más de dos años buscando un puesto de trabajo está casi todo dicho.

Generar empleo en la segunda mitad del próximo año con un crecimiento del 0,7% previsto para el PIB, cuando tradicionalmente la economía española solo lograba hacerlo con tasas superiores al 2%, es una ecuación que todavía está por despejar. Es de suponer que Guindos apelará a las bondades de una reforma laboral que ha flexibilizado la contratación, pero que también ha hecho a este país más pobre, en un acelerado proceso de devaluación interna cuyo impacto solo se puede medir por ahora a través del sufrimiento de las familias.Por ahora, la batalla del paro está perdida.

Feijóo se mide ante el comprador de NCG

LO PRIMERO, las formas. Esas que nunca se deben perder aunque sobre el tapete juguemos con cartas marcadas. La subasta de NCG, un tanto adulterada hasta ahora por lances verbales nada gratuitos, tiene ahora algo más de un mes por delante para concretarse. Y Núñez Feijóo, en el sprint que arrancó esta semana con al anuncio del número de entidades que han solicitado el cuaderno de venta del banco, intenta bajar el balón y jugar en corto, repartiendo el obligado juego que requiere un proceso de concurrencia competitiva. Es de agradecer, aunque en esto de la gran banca y la política a veces nuestra mano derecha nunca llegue a saber lo que hace la izquierda. Porque las presiones son consustanciales al asunto.

El presiente de la Xunta ha venido a decir que, de entrada, no hay preferencias hasta que no se sepa realmente lo que los futuros compradores «ofrecen a Galicia». ¿Cambio de discurso? Quizá no. Quizá solo sea una formalidad, pero de importancia, sobre todo teniendo en cuenta que a estas alturas de la crisis bancaria Galicia no esta para firmar cheques en blanco que solo llevan estampado el sello de los cinco años de permanencia que prometen los hasta ahora favoritos del Gobierno gallego, los fondos liderados por Guggenheim.

Frente a esa opción, al proceso se han incorporado dos entidades que poco o nada tienen que ver con el futuro de NCG. Son el Popular y Unicaja. Por motivos distintos, conocer el intestino de un competidor directo en un caso y blindar su integración con Caja Duero-Caja España en el otro, ambos saben que el futuro del banco gallego pasa por los de siempre. Y tienen hambre.

DEMETRIO CARCELLER ♦ El segundo accionista de Pescanova, tantos líos como el resto

SIEMPRE se presentó como un inversor que solo pedía claridad en las cuentas, profesionalidad en la gestión y verdades al presidente. Es Demetrio Carceller, propietario de Damm y segundo máximo accionista de Pescanova, que ahora teiene el control del consejo de administración de la multinacional pesquera. Pero todos sabíamos que Carceller no buscaba solo eso. La jugada, con suspensión de pagos y un escándalo contable de por medio, le puede salir bien al catalán afincado en Londres. Todo, claro, si no se tuercen las cosas en la Audiencia Nacional. El mismo juez que imputa a Manuel Fernández de Sousa, tiene que decidir ahora si abre juicio oral contra el padre de Carceller y contra el presidente de Damm por fraude fiscal continuado. Nada menos que catorce años de cárcel pide para él la Fiscalía Anticorrupción. El control Pescanova ha pasado de una familia imputada a otra que también lo está. Y, pese a todo, el grupo resiste.

JOSÉ MARÍA FONSECA ♦ Las alegrías que da O Rosal al sector agroalimentario

QUE una empresa vaya a incrementar sus ventas algo más de un 15% en plena crisis, aunque sea para rebasar ligeramente la modesta cota de los diez millones de euros, es como para brindar. Y a buen seguro que lo está haciendo José María Fonseca Moretón, la cara visible y amable de un proyecto en el que hay muchas manos.Y de muchos empresarios. Terras Gauda lleva el vino de O Rosal hasta cincuenta países, y hace pivotar su estrategia sobre las exportaciones. La paciencia de Fonseca tiene recompensa. Como también la tiene la de los ilustres (y no tanto) que le acompañan en la aventura, entre ellos el catedrático Antón Costas o el mismísimo Manuel Fernández de Sousa, que sigue siendo vicepresidente de la bodega. Otros, como José Luis Méndez, ex de Caixa Galicia y en su día consejero de Terras Gauda, solo están ya para brindar con agua.

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